El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Durante el último pleno celebrado en Villalba se hizo público que el Equipo de Gobierno había decidido deshacerse de la gestión de la pista de hielo, un tema que había venido arrastrando polémica durante los últimos años. En su momento, a finales de 2005, el Ejecutivo justificó la decisión de asumir esta actividad por el “clamor social” existente, a pesar de que distintas voces alertaban de que podía tratarse de un negocio poco menos que ruinoso. Y al final, así ha sido. Más vale tarde que nunca, pensarán algunos. También que rectificar es de sabios. Pero por encima de estas consideraciones quedan las cifras, que no son otras que las expuestas en la sesión por el concejal del Partido Popular Roberto Ferrero, que estimó las pérdidas en unos 3 millones de euros. Desde el Gobierno local reconocen ahora la existencia de un déficit que el Ayuntamiento -y más con la crisis actual- no está en condiciones de asumir, por lo que ha optado ahora por hacer lo que a buen seguro se debería haber planteado entonces, y más cuando las instalaciones y escuelas deportivas municipales demandan una atención prioritaria. Bienvenida sea la decisión, aunque otra cosa sea hablar del agujero que hasta ahora han tenido que soportar las maltrechas arcas municipales.