Galapagar

Galapagar rinde homenaje al escritor Ricardo León

Uno de los alumnos de los institutos de Galapagar, en el acto celebrado el miércoles (Foto: E. P.)
Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
Galapagar recordó en la tarde del miércoles la figura de Ricardo León, poeta (1877-1943), novelista, poeta y miembro de la Real Academia Española, que además da nombre a la biblioteca municipal de esta localidad. El hijo del escritor, Fernando León, y la alcaldesa de Galapagar, Carmen Toledano, descubrieron una placa conmemorativa en la fachada de la que fue su vivienda, situada en la calle Antonio Lasso número 3 (junto a la Colonia de Torrelodones), por donde pasaron numerosos escritores, intelectuales y artistas de las primeras décadas del siglo XX.

El acto contó también con la presencia de la edil de Cultura, Carmen Andonaegui, quien destacó la figura de Ricardo León, mientras que la regidora agradeció a la familia del escritor que se hubiese puesto en contacto con el Ayuntamiento para llevar a cabo este acto de homenaje, que se completó con la lectura de varios poemas del autor a cargo de cuatro alumnos de los institutos Cañada Real e Infanta Elena de Galapagar. Igualmente, acudieron varios ediles de la Corporación, así como la responsable de Cultura de Torrelodones, Begoña Chinchilla.

Entre 1920 y 1943
Ricardo León, autor perteneciente a la corriente literaria modernista de principios del siglo XX, vivió en Galapagar entre 1920 y 1943, fecha en la murió y fue enterrado en el cementerio de la localidad, donde también descansa otra gran figura de las letras españolas, Jacinto Benavente. Cercano a Villaespesa, Juan Ramón Jiménez y Gabriel Miró, representó la reacción contra el naturalismo y la exaltación del espíritu cristiano. Fue uno de los principales representantes de la evolución del modernismo en la literatura española, continuador de la gran novela de Benito Pérez Galdós, José María Pereda y Juan Valera. Entró a formar parte de la Real Academia de la Lengua en 1915, ocupando el sillón B. Su obra está caracterizada por su profunda inspiración en los clásicos. Su gran dominio del lenguaje convierten las descripciones de su prosa en piezas poéticas, tal y como señaló en alguna ocasión Antonio Machado.

Es autor de novelas como El amor de los amores, Alcalá de los Zegries", Casta de hidalgos, Humos de rey, y Cristo en los infiernos, de 1941. También destacan sus crónicas Europa trágica, además de dos libros de poesía, Lira de bronce y Alivio de caminantes, de los que en este acto celebrado el miércoles se recitaron varias obras.

En 1921 se casó con María del Carmen Garrido, con la que tuvo ocho hijos y con la que vivió en esta casa galapagueña de La Quinta de Santa Teresa, que él denominaba “mi pequeño Escorial”, donde él mismo destacó las horas dedicadas a una incansable lectura. Ahora, una placa en la fachada de esta Quinta recuerda la figura de quien fue uno de los más ilustres vecinos de Galapagar.