Daniel Pérez Muñoz, portavoz del grupo municipal del PP, fotografiado en la sede del partido (Foto: RICARDO MIGUEL PEÑA)
ENRIQUE PEÑAS | Miércoles 22 de octubre de 2014
Durante la pasada legislatura, Daniel Pérez ya trabajó en la sombra como asesor de Alcaldía, siendo incluso designado candidato de manera fugaz en las complicadas semanas previas a las elecciones de 2007. Junto con el que finalmente fuera cabeza de lista del PP, Pablo Gómez, ha sido la cara visible del trabajo de los populares en la oposición, hasta que la renuncia de su compañero le convirtió, hace un par de meses, en portavoz de un grupo municipal que, en medio de la convulsión dominante, dice estar preparado para gobernar, aunque “no a cualquier precio”.
Un año después de las elecciones municipales, ¿cómo valoráis la situación política en Galapagar?
Más o menos como pensábamos, e incluso peor, porque los primeros pasos de este Equipo de Gobierno ya nos adelantaban lo que iba a suceder. Llegaron al poder con la premisa de que había que quitar al PP; eso era lo primero, y lo segundo era repartirse las áreas, y así ocurrió. Un año después estamos mal: sólo se les ocurren cosas negativas; de hecho, no hay ningún proyecto en positivo. Han retirado un PGOU sin tener un consenso sobre el plan de futuro que quieren para Galapagar, porque ha pasado un año y no tienen ni siquiera un Avance. Se habla de que se va a trasladar a los ciudadanos y a la oposición de forma inminente, pero si es así es porque no se va a consensuar, y si se va a consensuar no puede ser inminente, porque ya adelanto que el PP tendrá que hacer bastantes aportaciones, y lógicamente un Plan General no se resuelve en una tarde. Si lo tuvieran consensuado ya nos lo habrían enseñado; o a lo mejor es que no hay voluntad de hacerlo y lo quieren llevar por la puerta de atrás.
¿Pensabais en todo caso que se iba a producir el desgaste que se percibe en el Ejecutivo?
Lo que pensábamos es que esto era totalmente inviable. Un gobierno de cuatro partidos tan diferentes y sin un pacto de gobierno definido es muy difícil que saque algo adelante. Un año después, la situación es muy mala, tanto en organización interna como en el ambiente, porque el caos organizativo en el Ejecutivo se ha trasladado al Ayuntamiento, creándose un mal ambiente con los trabajadores y generándose un clima insoportable. Los empleados están sufriendo las consecuencias de tener una mala dirección política. El desgaste es lógico, porque hay una creciente y alarmante división interna.
¿Trabaja el PP con la hipótesis de que se pueda producir un cambio de gobierno?
Todo es posible. El Partido Popular está dispuesto a gobernar, pero no a cualquier precio. Nunca entraremos en un pacto como el que hizo el PSOE. Tenemos las ideas muy claras y unos proyectos que llevar adelante, y si eso no se va a poder poner en marcha el PP no va a pactar con nadie. Pero yo pienso que la unión de estos partidos no va a durar mucho; otra cosa es que también podrían gobernar en minoría durante un tiempo. Si existe esa posibilidad o no habría que preguntárselo a los restantes grupos políticos.
En todo caso, parece claro que el PP tendría que buscar sus socios entre quienes ha encontrado apoyo en los últimos meses: CDL y Foro Verde...
Puede ser. Por un lado, el CDL es un partido de una ideología muy parecida a la del PP, con lo cual es posible. Y en cuanto a Foro Verde, no sé muy bien a que atenerme en cuanto a ideología, pero sí es verdad que en los últimos plenos, en los que PP y CDL han votado juntos algunos asuntos, este grupo se ha unido. Creo que ha sido por responsabilidad política, porque hay cosas que son lamentables. Entiendo que llegue un momento en que el concejal de Foro Verde se plante y diga que por ahí no pasa. Es un ejercicio de responsabilidad, aunque también es cierto que a lo mejor debería llevar sus planteamientos dentro del propio Equipo de Gobierno. Por supuesto, estamos abiertos al diálogo con todo el mundo, pero nunca vamos a entrar a cualquier precio.
¿En algún momento habéis tenido la sensación de que las negociaciones tras las elecciones podrían haberse llevado a cabo de otra forma, y con un resultado diferente?
Pues no lo sé. Realmente no entramos en un proyecto y programa de gobierno; en ese momento estaba muy claro por parte de determinados grupos que lo primero que había que hacer era echar al PP, y después ya se vería. Y eso es lo que sucedió.
Y de otra manera. ¿Diríais que algún grupo se ha arrepentido de haber entrado en el Ejecutivo?
Creo que sí, que se arrepienten todas las noches. Hay grupos que cada día que pasa y ven que no sale ningún proyecto adelante, se arrepienten de lo que hicieron, porque después de todo lo que prometieron, y con las ilusiones que tenía la gente que les apoyó, ha pasado un año están viendo que no han hecho absolutamente nada positivo y sí muchas cosas negativas. Si de verdad son mínimamente responsables se darán cuenta de que se han equivocado. Es más, el principal partido que se ha equivocado es el PSOE, porque no se puede entrar en un pacto así a toda costa, y electorado se lo va a recordar en las próximas elecciones. En las últimas elecciones generales el PP sacó al PSOE 17 puntos y 2.700 votos, porque ya les está pasando factura este pacto de gobierno.
Uno de los temas que más ha cuestionado el PP ha sido el referente al desarrollo de los plenos. ¿Tanto han cambiado la situación en un año?
El problema es que se saltan las normas incluso para el lugar de celebración de los plenos. Es más, lo lamentable es que una de las pocas decisiones que se tomen en el Ayuntamiento sea cambiar el lugar de las sesiones plenarias, con todo lo que conlleva de trastorno a los propios funcionarios, porque el secretario y el interventor tienen que trasladar toda la documentación, y luego volver a llevarla a la casa consistorial. A eso hay que añadir que se gasta mucho en luz, aire acondicionado, tiempo en montar el escenario, etc... Es absolutamente ridículo. Pero lo más grave es cómo funcionan los plenos. Ahí se ve quiénes son unos y otros, con una actitud totalmente intolerante y antidemocrática de la alcaldesa. Las sesiones se alargan en exceso por parte de los ediles del Equipo de Gobierno y sobre todo de la propia regidora, para que lleguen las 12 de la noche y por un subterfugio que ella cree legal dice que a medianoche se acaban los plenos, por lo que en la mayoría de las ocasiones nos hemos ido sin poder controlar y fiscalizar al Ejecutivo. Es lamentable, pero es lo que hay.
Y mantienen también que retirar el Plan General como primera medida fue un error de cálculo. ¿Si se hubiese aprovechado en parte el Avance del PP estaríamos hablando ahora de que Galapagar contaría ya con un nuevo PGOU?
Por supuesto. Tenemos unas normas urbanísticas de 1976, lo que supone que no estamos adaptados al siglo XXI. Necesitamos un plan de futuro, porque es evidente que el concepto urbanístico de entonces no es el de 2008. En la legislatura pasada, el PP aprovechó parte de lo que había, y estábamos a la espera de un informe ambiental de la Comunidad de Madrid, que seguramente habría marcado unos cambios, y hoy ya tendríamos un Plan General. El actual Equipo de Gobierno es la mayor ruina para Galapagar, porque ha paralizado el desarrollo del municipio, dejándolo otra vez en 1976.
¿Si el PP volviese a gobernar recuperaría su propuesta de Plan General?
Habría que hacer un estudio jurídico sobre lo que implica la retirada del PGOU, pero en el momento en que entremos a gobernar, dentro de unos meses o de tres años, lo que está claro es que intentaremos aprovechar lo que está hecho, con las modificaciones que sean necesarias.
Comentaba antes que el “caos organizativo” en el Ejecutivo se ha trasladado a la situación de los trabajadores. ¿A eso se une la complicada negociación del convenio?
Está claro que hay un problema evidente de diálogo. Recuerdo esos lemas que tanto repetían todos los grupos del Ejecutivo acerca de transparencia, diálogo y participación. ¿Dónde está ahora todo eso? Tienen al Ayuntamiento, a todos los trabajadores, en pie de guerra, y todo por una actitud absolutamente negativa, antidemocrática y de prepotencia. El convenio está paralizado, aunque no es ese el único problema: la gente está harta por la falta de dirección política.
Otro de los temas de los que se viene hablando en las últimas semanas es el de la seguridad. ¿Cómo es posible que existan visiones tan distintas acerca de la situación de Galapagar en esta materia?
La alcaldesa manipula y dice lo que no es cierto. Nosotros denunciamos que en 2007 había aumentado la inseguridad un 43 por ciento, y ella dice que en los últimos meses no, que son datos similares; claro, porque el incremento ya se había producido. La realidad es que en la próxima reunión, los vecinos de El Guijo llevan un punto en el orden del día para tomar decisiones en esta materia,porque han sufrido siete robos en los últimos tiempos. La alcaldesa anunció hace poco que la plantilla de la Guardia Civil se incrementaría en 13 agentes, y no lo dudo, pero en su mayoría vienen a cubrir vacantes que han dejado otros compañeros, con lo cual el incremento es prácticamente nulo. Los hechos son los hechos y la inseguridad es la que es, y lo que tiene que hacer la regidora es salir del despacho y de las maratonianas reuniones con sus compañeros de Ejecutivo y darse una vuelta por Galapagar para preguntar a la gente si tiene miedo cuando pasa por determinadas calles o no.
¿Hasta que punto puede influir en la marcha del Ayuntamiento la precaria situación económica de las arcas municipales?
Nunca hemos dicho que la situación sea buena, pero sí similar a la de la gran mayoría de los ayuntamientos de España. El gran problema es el de la financiación; la administración que está más cerca de los ciudadanos es la local y de lo que se tiene que preocupar el Gobierno central no es tanto de la financiación de las comunidades, sino de los ayuntamientos, porque lamentablemente se tienen que financiar en gran medida a través del urbanismo, y eso no puede ser, porque es pan para hoy y hambre para mañana. El Ayuntamiento de Galapagar tiene problemas económicos, como el resto, y para solucionarlo lo primero que hay que hacer es ponerse a trabajar en un presupuesto y en un plan de saneamiento. Si a los ciudadanos les dices que la situación económica es mala, lo primero es dar ejemplo y recortar gastos. Lo que se pide a los gobernantes no es demagogia y populismo, sino responsabilidad.
Vayamos terminando. ¿Cómo ha asumido su trabajo como portavoz tras la marcha de Pablo Gómez?
Gran parte del trabajo que estamos haciendo está marcado por la dirección que estableció Pablo. La oposición tiene que plantear críticas de forma contundente, pero también constructiva; la línea no puede ser otra. Y a nivel interno estamos intentando reorganizar el partido, regenerarlo, para ponerlo en marcha y ganar las próximas elecciones.
¿Afectó mucho a la situación interna del partido todos los acontecimientos que se vivieron en las semanas previas a las elecciones, con el cambio in extremis de candidato?
Todo afecta, por supuesto. Decir lo contrario no sería realista. Pero también es verdad que son decisiones que se toman por algo, y yo pido a la gente que confíe en el PP. Invito a todos los simpatizantes y afiliados que tengan alguna duda a que vengan a la sede, y yo estaré gustoso de explicarles todo. Fueron decisiones duras y traumáticas, pero había razones de peso. Sé que hay gente que no ha estado de acuerdo, y es normal; no se puede pedir un acto de fe, pero sí confianza. Además, a veces no hemos sabido explicar bien el por qué ni trasladar las cosas todo lo bien que deberíamos; y eso hay que asumirlo con un error, pero con la que está cayendo en Galapagar en estos momentos, lo que más interesa no es hablar del pasado, sino del futuro.