Opinión

Riesgos laborales

EL MIRADOR

F. Revuelta

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Cada semana, los medios de comunicación suelen dan cuenta del número de fallecidos y heridos en la carretera, especialmente en los fines de semana y puentes, pero la rutina hace que la tragedia pierda interés mediático aunque, sin embargo, esté ahí.

Asimismo, a lo largo del año, salpicando los días del calendario, nos enteramos de personas que pierden la vida en el trabajo o yendo o volviendo de él, como un goteo irregular que no cesa y que irrumpe como un visitante inoportuno, provocando un desgarro humano y social ante el por qué ocurren esos accidentes. ¿Las empresas habrán tomado las medidas necesarias? ¿Ha sido la mala suerte?. Son preguntas que ya no solucionan nada, pero que es necesario formular de cara al futuro. Pocas veces se repara en aquellas cuestiones que tendrían que ver con la responsabilidad individual del trabajador, las cuales también existen, como son sus comportamientos de riesgo.

Esta semana, los medios de comunicación recogían la noticia de que murieron cuatro obreros en las obras del estadio del Valencia. Parece ser que se habían tomado todas las medidas de seguridad obligatorias y que el siniestro se había producido por un fallo técnico (la fractura de un tornillo de gran dimensión), pero esto no resta dolor a lo sucedido, ni evita la pregunta de si se podría haber hecho algo más. ¿Por qué dicho fallo técnico? ¿Seguro que era un imprevisible? Se podrían seguir encadenando otras interrogantes, quizá sin respuestas. De lo que no cabe duda es que ha sido la concreción y certeza de que el accidente siempre es posible, porque el control absoluto de las condiciones es una entelequia y en ese aciago día, desgraciadamente, les ha tocado a ellos, como a otros antes. Descansen en paz, y a seguir luchando por una más efectiva y eficiente prevención de riesgos laborales.