Agencias | Miércoles 22 de octubre de 2014
El Ejército despliega sus fuerzas por los suburbios por primera vez desde el apartheid. La escalada xenófoba ha llevado a miles de inmigrantes a volver precipitadamente a sus países y olvidarse del sueño de una vida mejor en Sudáfrica.
Un portavoz del Gobierno de Mozambique informó que, debido a la ola racista en Sudáfrica, ya han regresado al menos 10.000 compatriotas. La violencia suma 42 muertos y más de 20.000 refugiados. Ayer el Ejército empezó a pisar los suburbios por primera vez desde el final del apartheid para garantizar la tranquilidad.
Antes del conflicto, pocos deseaban regresar a su país, pero ahora lo micros vuelven a los lugares de orígen de los inmigrantes abarrotados. "He visto a tres personas morir delante de mí. A uno lo descuartizaron, a otro le pegaron un tiro y al tercero lo mataron a palos. Me voy a casa. Al menos por un mes, hasta que las cosas se calmen", explica un inmigrante asustado por la situación.
Para los zimbabuenses, mayoría en Sudáfrica, la decisión de volver a su tierra es difícil porque el régimen de Mugabe, que gobierna el país, se ha endurecido por el temor a desmoronarse. En cambio, para los mozambiqueños, la decisión es más sencilla. Algunos piensan volver a Suráfrica cuando las cosas se calmen.