Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
El cierre durante el miércoles y jueves de un amplio tramo de la calle Camino del Molino (circunvalación del P-29), originado por la obra de un colector situado en la intersección con la calle Puerto de Navacerrada, provocó muchos despistes entre los conductores y algún que otro incidente de circulación por la carencia de una señalización adecuada.
El Ayuntamiento de Collado Villalba había enviado una escueta nota de prensa en la que indicaba que los desvíos estaban orientados hacia la calle Azuela y por la carretera M-510, de ocho de la mañana a siete de la tarde, un horario que no se cumplió, ya que se mantuvo el cierre ininterrumpidamente. Sin embargo, la mayoría de la circulación - turismos, furgonetas, motocicletas, camiones de mediano y gran tonelaje incluidos- optó por utilizar la calle Castilla la Nueva, vía bastante estrecha donde además los vecinos están acostumbrados a aparcar sus vehículos a ambos lados de la calzada, lo que provocó algunos conatos de atasco y acaloradas discusiones entre los propios conductores. Incluso la carencia de señales que indicaran cómo podían acceder de nuevo al Camino del Molino, hizo que muchos vehículos en vez de desviarse por una de las vías transversales continuasen por la calle Paseo del Río Guadarrama, donde se encuentra un guardería infantil, levantando una gran cortina de polvo (es una vía que aún no está asfaltada) y provocando grandes tapones, sobre todo a primeras horas de la tarde, que es cuando los padres suelen ir a recoger a sus hijos a este centro y aparcan sus coches frente al mismo.
Ausencia de la Policía Local
Las 48 horas que ha durado el cierre parcial de esta vía que está catalogada como una de las de mayor densidad de vehículos de la ciudad, ha vuelto a demostrar la despreocupación de la que hacen gala los responsables del área de Circulación en este Ayuntamiento sobre en los temas relacionados con el tráfico rodado. Resulta curioso que durante todo este tiempo no se dejase ver por esta zona ningún agente de la Policía Local. Un residente en la urbanización Los Fresnos nos decía: “Vimos pasar a algún coche patrulla, pero ninguno se paró pese a que a un vecino mío le han rallado el coche y a otro le han arrancado el espejo de cuajo. ¿Y ahora a quien reclama?”.