El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Evo Morales y el movimiento autonomista del Este acudirán al diálogo después de que la provincia de Santa Cruz aprobara el pasado domingo con el 85% de los votos un estatuto de autonomía que no encaja de ninguna manera con la Constitución que defiende el mandatario boliviano. Para los analistas, se trata de una salida que, a esta altura, se ve como la única alternativa al enfrentamiento civil.
Tras el triunfo del "si" a la autonomía en Santa Cruz, Evo Morales se dirigió por televisión a los bolivianos para, tras negar la legitimidad al referéndum autonomista y reclamar el proyecto indigenista para el país, convocar al diálogo a los prefectos, cuatro de los cuales están alineados con la oposición.
Con semblante serio, el presidente insistió en que la nueva Constitución es el marco bajo el que tienen que moverse las demás iniciativas. Morales cuestionó el respaldo popular de la consulta ya que entre votos nulos, votos contrarios y abstenciones los votos a favor del Estatuto no llegan el 50% del padrón.
Pero la abstención y los violentos disturbios registrados en la provincia de Santa Cruz con amplia presencia de los simpatizantes del presidente han dado muestra de que la oposición de la provincia rebelde a Morales no es ni mucho menos total. Por eso, el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, se ha apresurado a señalar que el Estatuto "no es un texto definitivo" y que se puede negociar sobre él.
El referéndum ha hecho pasar a segundo plano otro movimiento del Gobierno boliviano que tendrá importantes consecuencias: la nacionalización de la mayor empresa de telecomunicaciones del país. Ayer, los trabajadores de Entel fueron convocados a un acto público de adhesión al Ejecutivo. Allí los nuevos directivos de la firma les prometieron que no perderán sus puestos de trabajo. Morales considera la nacionalización una medida "de defensa de los derechos humanos".