El Villalba sobrevive al acoso del Parla y gana un partido clave para la permanencia en Tercera (1-0)

En pleno Bicentenario, no viene mal la comparación de la portería de Toni con el Parque de Monteleón, ése que defendieron hasta la muerte del acoso francés Daoíz y Velarde. Ayer los héroes fueron el portero y sus tres pretorianos, Gustavo, Rodri y César, jefes de un entramado que tuvo que recurrir a su último gramo de fuerzas para defender una victoria fundamental para la permanencia. Aparentemente no había salida: el Parla dominaba todas las facetas del juego, con todos sus mejores hombres activados.

Luis y Cobaleda por el medio, Canguro y David Herrero en punta, y el puñal de Cortijo apareciendo por la derecha. Todo eso, con la complicidad de un árbitro con sentimiento de culpa por haber pitado el penalti que a la postre fue decisivo. Espino fue empujado por detrás al intentar pinchar en el área un balón aéreo y cayó, los brazos abiertos, a la manera teatral. Martínez Solana pitó y luego no admitió ni una protesta: amarilla a Cholo, a Lucio; y roja directa a Peque, uno de los grandes baluartes del Parla. El penalti lo transformó Rodri a los 33 minutos y el Villalba, aun en superioridad numérica, renunció al ataque. Trató de jugar con la ansiedad del rival, que apuraba su última carta para entrar en el play-off, y se encontró con que el físico no le daba para más. La segunda parte, como decíamos, fue un brutal asedio. El Villalba, que ya partía con las bajas de Iván Pérez, Joan, Salvat y Marcos, tuvo que apurar los concursos de sus dos centrales, machacados tras el infernal puente de las cuatro jornadas. El Parla fue embotellándolo de tal manera que cada despeje a banda era largamente celebrado por la grada. Nada más reanudarse el partido, Toni sacó dos balones de gol, el segundo en mano a mano con Cortijo. Siete minutos después fue Luis el que solo ante el meta villalbino optó por sorprenderlo con una difícil vaselina. Y poco después David Herrero, solo en la frontal del área chica, cabeceó al palo a puerta vacía. El Villalba achicaba balones y perdía gente. Unos de puro esfuerzo; otros, como Espino, por venganza arbitral. Martínez Solana lo echó por doble amarilla porque el jugador, de alguna forma, le recordó su error en el penalti. No fue la única compensación de un trencilla sin control sobre el partido. Su pésima actuación añadió un extra de épica a la resistencia del Villalba. Los palos de Toni aún escupirían dos remates de Luis y Oliván antes de un pitido final celebrado casi como un ascenso.







CUC VILLALBA: Toni; Raúl, Rodri, Gustavo, César; Oliva, Calvo; Borja (Sequeiros, 60’), Juanín (Eric, 80’), Quique Casado (Pedro, 67’); y Espino.


PARLA: Pablo Ancos; Cholo, Lucio (Canguro, 68’), Álvaro, Navarro; Cortijo, Cobaleda, Luis, Alberto (Oliván, 37’); Peque y Sergio (David Herrero, 46’)

ÁRBITRO: Martínez Solana. Pésima actuación, perjudicial para los dos equipos. Expulsó por doble amarilla al local Espino (71’) y con roja directa al visitante Peque (34’). Amarillas a los locales Toni, César, Rodri, Gustavo, Calvo, Juanín y Pedro y a los visitantes Cholo, Álvaro y Lucio.

GOLES: 1-0, (33’) Rodri transforma un dudoso penalti cometido sobre Espino.

CAMPO: Unos 350 espectadores en el Estadio de la Ciudad Deportiva de Collado Villalba.


Próxima jornada: Navalcarnero - CUC Villalba