Tema de la semana

De Napoleón a Wellington: la Guerra de la Independencia en San Lorenzo

Escultura de Mariano Blázquez ‘Pardito’ sobre los fusilamientos del 3 de mayo (Foto: RICARDO M. PEÑA)
ENRIQUE PEÑAS | Miércoles 22 de octubre de 2014
Fue el 21 de marzo de 1808 cuando llegaron a San Lorenzo de El Escorial los primeros soldados franceses, a los que apenas ocho días después se unieron otros 4.000, bajo el mando del general Barban, utilizando el Monasterio, sin que las quejas del prior fueran tenidas en cuenta. Con este episodio se inicia la relación del Real Sitio con la Guerra de la Independencia y también todo un calvario para el gobernador Carmona, obligado a atender las exigencias de las tropas de Napoleón.

Ante el continuo aumento del número de enfermos, se habilitó un hospital en el Palacio del Duque de Alba, y poco después otros dos. La tensión iba en aumento, según relatan las crónicas de la época, de modo que el pueblo estuvo a punto de levantarse cuando un oficial francés dio dos bofetadas en plena calle a una vecina de San Lorenzo, con la única justificación de que ésta tardaba en darle las llaves de la cochera. Sin embargo, el propio gobernardor consiguió calmar los ánimos, reconduciendo la situación.

La crudeza de la guerra
El 10 de abril pernoctó en el Monasterio Fernando VII, y a partir de este momento se suceden los acontecimientos, hasta que Napoleón nombra Rey de España a su hermano, José Bonaparte. La sublevación en Madrid el 2 mayo hizo que la guerra se manifestara en toda su crudeza y apenas dos días después, el 4, el general francés que tenía el mando en San Lorenzo conminó al vecindario a entregar todas sus armas, iniciándose una cruenta persecución. También se obligó a la comunidad jerónima a abandonar el Monasterio, aunque la derrota de las tropas de Napoleón en Bailén hizo que los franceses se retirasen hasta el Ebro a principios de julio. Libre el pueblo de las tropas invasoras, la población reprocha a Manuel Godoy la caída de los Borbones, lo que desembocó en el asalto de su palacio, hasta que acabaron prendiendo fuego a distintos enseres de este inmueble, así como a una estatua ecuestre del propio valido.

Dos meses más tarde, en septiembre, el gobernador, siguiendo la orden del Consejo Supremo de Castilla, dicta un bando con el fin de reclutar soldados para luchar contra las tropas francesas. En total, del Real Sitio y la Villa de El Escorial salieron 26 voluntarios y 258 alistados, de 17 a 40 años (mozos solteros y viudos sin hijos).

El 18 de septiembre de 1808 se proclama en San Lorenzo al nuevo y deseado Rey, Fernando VII, si bien la alegría no duraría mucho, puesto que el 3 de diciembre regresan los franceses. Uno de sus regimientos vuelve a ocupar el Real Sitio, arrasando primero la Villa de El Escorial, mientras que las mujeres y niños huyeron hacia Robledo y otras zonas de la Sierra. La derrota provocó la huida de los monjes del Monasterio, comenzando otro largo periodo de sufrimiento para el pueblo de San Lorenzo, ocupado desde entonces por un fuerte contingente militar. Como gobernador fue nombrado Jorge Galván, y como prior fray José Martínez Raposo.

Federico Quillet dirigió un bárbaro saqueo del Monasterio: se desmontó el Tabernáculo, el Cristo de Benvenuto Cellini fue mutilado para su embalaje, desaparecieron libros, cuadros y centenares de joyas, y también fueron confiscadas las fincas del entorno. Los cambios no acabaron aquí, puesto que José Bonaparte decidió también modificar la organización administrativa, suprimiendo el gobernador del Real Sitio y creando en su lugar un nuevo alcalde mayor para San Lorenzo y El Escorial, que quedaron unidos en una sola población regida por un Ayuntamiento de composición mixta, con paridad de concejales de arriba y abajo.

La localidad recobró poco a poco la normalidad, alterada ocasionalmente por la actuación de las guerrillas. Por otra parte, la Casa de la Compaña se convirtió en improvisado hospital, mientras que el Real Coliseo de Carlos III fue albergue y zapatería de las tropas francesas (1810), lo que provocó un gran deterioro en su interior, por lo que luego tuvo que ser reformado por Fernando VII para uso de su corte.

Retirada y fiesta
Por otra parte, la suerte de la guerra iba volviendo la espalda a los franceses, con una importante derrota en Los Arapiles que provocó la salida de José Bonaparte y su ejército, buscando huida por Guadarrama. El 23 de julio de 1812 hizo noche en el Monasterio, y el 30 entraron 6.000 franceses en retirada, que durante cinco días ocuparon la Compaña, hoy Universidad María Cristina, causando importantes daños. Fue el día 9 de agosto cuando se juró la Constitución promulgada en Cádiz el 19 de marzo, lo que se celebró con repique de campanas, salvas de fusilería y fuegos artificiales, extendiéndose el júbilo durante el 10, festividad del patrón: oficios religiosos, la suelta de varios novillos y un animado baile popular completaron la jornada.

Persiguiendo a los franceses, el 17 de agosto llegaron siete divisiones inglesas y portuguesas, con un total de 40.000 hombres, de los que 16.000 quedaron en San Lorenzo, donde el 29 murió el general William, enterrado en el Jardín de los Frailes. El 9 de septiembre hizo una rápida visita el Duque de Wellington, quien quería conocer el Monasterio y orar en el Panteón de Reyes, y dos meses después, a principios de noviembre, una nueva ofensiva devuelve la Corte a los franceses, por lo que el Monasterio volvió a ser ocupado. A partir de ese momento, el Real Sitio se convierte en un lugar fortificado, con fosos y baterías en Terreros y el camino de Guadarrama, estableciéndose avanzadas en la Casita de Arriba y otros puntos de la población.

La caída final de Madrid provocó la rápida salida de los franceses de San Lorenzo, el 28 de mayo de 1813, quemando en su huida las Reales Caballerizas, la Ballestería y la segunda Casa de Oficios.

Cuando alcanza el trono, Fernando VII ordenó una serie de medidas con el objetivo de devolver al Monasterio a su anterior estado, desapareciendo de nuevo la figura de los gobernadores de los reales sitios (a San Lorenzo había vuelto Carmona), creándose la figura del alcalde mayor. El Rey concedió en 1815 el título de “Leal” a la Villa de El Escorial. Posteriormente, durante el trienio liberal (1820-1823), vuelve a existir un Ayuntamiento constitucional en San Lorenzo, y después de este periodo se vuelve a la situación de un único Consistorio para los dos pueblos, hasta que en 1836 se constituye definitivamente el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial.

Bibliografía:
Historia de San Lorenzo de El Escorial,
de Gabriel Sabau Bergamín;

Ediciones Doce Calles (2001).

Arquitectura y Desarrollo Urbano.

Comunidad de Madrid (Zona Oeste)
  • Tomo V; Comunidad de Madrid. Dirección General de Arquitectura y Vivienda.

El Escorial de los Borbones.

Coliseo y Cocheras Reales;
Editorial Coliseo Real - Sorecor (1994).