El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Un tanque israelí ha disparado contra una casa, matando a los niños y a su madre que habitaban allí. Israel dice que investiga el incidente, para determinar si se trató de un error, pero antes de nada, culpa a los milicianos palestinos por actuar en zonas donde residen civiles.
La tragedia se ha producido durante una incursión israelí contra milicianos radicales. Según fuentes de la seguridad palestina, los soldados israelíes se han enfrentado a milicianos de Yihad Islámica en la zona de Beit Hanun y han disparado con sus tanques contra los activistas. Uno de los disparos de los tanques ha impactado contra la casa de la familia Maatek, matando a los cuatro niños, a la madre y a un civil de 17 años.
Israel ha reconocido su incursión en la zona para "asegurar que se mantengan alejados de la valla fronteriza las bandas que lanzan misiles, los francotiradores y los que cavan túneles" bajo el muro para pasar a Israel. Asimismo, ha negado que en la operación uno de sus objetivos haya sido la vivienda malograda. Aunque asegura que investiga lo ocurrido, el ejército israelí responsabiliza a los milicianos de la tragedia.
Una portavoz, Avital Leibowitz, ha declarado que "los terroristas que actúan desde zonas pobladas asumen el riesgo de que civiles resulten dañados". "Lo único que puedo decir es que lo que haya podido ocurrir es una prueba más de que los terroristas operan desde zonas donde hay civiles y que utilizan a los civiles como escudos humanos", añadió.
El ataque se ha producido en medio de las conversaciones entre Israel y Hamás para alcanzar un alto el fuego de seis meses en la zona a cambio del levantamiento del bloqueo israelí. Sin embargo, el Gobierno de Ehud Olmert rechazó la semana pasada la tregua ofrecida por Hamás al considerar que los milicianos sólo buscaban "rearmarse".
Mientras tanto, Gaza padece una importante escasez de gasolina, gas y diésel como consecuencia del bloqueo de Israel. Además de una alarmante carencia de medicamentos básicos.