Cartas desde la charca

“Desde mi charca asomo la cabeza para contemplar la agitada vida municipal en Galapagar. Me cuentan mis compañeros galápagos residentes en el escudo que tenga cuidado cuando entre por la calle Guadarrama, no sea que me lleve una multa como recuerdo de mi excursión. Ya se sabe que no está el horno para bollos, y no sé si con las medidas que aprobó el Gobierno de Zapatero el pasado viernes tendré para soportar la crisis. Huelga a la japonesa o afán recaudatorio, no sé qué pensar. El caso es que la temperatura del cuatripartito va subiendo, a punto de entrar en ebullición. Y todo eso sin tener aprobados presupuestos para este año, que debe ser caso único en esta bendita región en que nos movemos, cada vez más escasa de charcas desde las que poder escribir tranquilamente y refrescarse de tanta calentura política. Socialistas, activos (¿todavía juntos?) y pedeuvegistas intentan ponerse de acuerdo sobre las cuentas y demás asuntos, sin que hasta el momento haya fumata blanca. Eso, claro, si el verso libre (y verde) que completa el Ejecutivo da el “sí quiero” y permite que la alcaldesa salga al balcón del Ayuntamiento para decir eso de habemus presupuestos. De momento en este abril que ya casi termina, tampoco, así que esperaremos a mayo, mes de comuniones, flores y demás asuntos primaverales. Ah, y otra cosa: si ven un caparazón suelto cerca de la plaza del Caño, no me manden a casa con una multa, que estoy en labores de investigación. Seguiremos informando…”.