Toros

Tarde desangelada el pasado domingo en Las Ventas

Muletazo de Andrés Palacios a su primero (Foto: WWW.LAS-VENTAS.COM)
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Escaso contenido tuvo la corrida de toros celebrada el pasado domingo 20 de abril en la plaza de Las Ventas de Madrid. El intenso frío dio al traste con una tarde en la que acudió muy poco público al coso venteño. Además, el viento molestó mucho la labor de los tres toreros, no pudiendo manejar en ocasiones los trastos correctamente, lo que condicionó aún más el desarrollo del festejo. Se lidiaron cuatro toros con el hierro titular de Julio con el hierro de “El Serrano”, lidiados en primera y sexta posición para una terna compuesta por Antón Cortés, Andrés Palacios y Torres Jerez.

En general, el ganado dio muy poco juego, con poco fondo y llegando al último tercio muy parado y defendiéndose sin ninguna clase. Los del Serrano, aún peores, ya que fueron dos mulos totalmente huecos y descastados. Se salva el tercer toro lidiado, de nombre Cortijero, un animal con el hierro de Julio de la Puerta con buen fondo, buena clase, pero que había que hacerle las cosas muy de verdad porque el animal acometía con raza y movilidad.

Torres Jerez, que ha tenido actuaciones muy notables en esta plaza, esta vez no terminó de acoplarse a la embestida del toro, aunque en su descargo hay que decir que el viento tampoco le dejó hacerlo. El animal siempre fue a más, pero el torero estuvo destemplado y no encontró la tecla para encauzar esas buenas embestidas. Su oponente embistió, pero el diestro anduvo más voluntarioso que decidido.

Antes de esta faena hubo un saludo de capa muy brillante, rematado con una media de cartel que fue muy bien recibido por el público. Lástima que luego con la muleta todo se diluyera. El sexto ya fue otra historia. Un toro de “El Serrano” muy soso y aplomado con el que se hacía imposible el triunfo.

Abrió cartel el albaceteño Antón Cortés en una tarde desafortunada, como otras muchas de este diestro en el coso venteño. Su primero fue un toro flojo y protestado por el público que no se tenía en pie y que debió ser devuelto a los corrales. Su segundo tampoco tuvo opciones y Antón lo muleteó sobre ambas manos sin ningún brillo ni gracia.

Andrés Palacios dejó algún chispazo de su clase en el segundo, pero todo muy diluido. Fueron gotitas de buen toreo, pero en sorbitos muy pequeños ya que el animal se agotó demasiado pronto. El espadazo sí fue muy bueno.

El quinto tampoco se deslizó en los vuelos de la muleta de Palacios y la faena no pudo alcanzar las cotas que este torero hubiera deseado para lograr un éxito en Madrid que relance su carrera. Los tres toreros fueron silenciados.