UNAS 200 personas se sumaron al viaje organizado por la peña taurina que lleva el nombre del diestro
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
La gente que moviliza la Peña José Tomás de Galapagar es tremenda. Más de 200 personas, entre socios, simpatizantes y amigos viajaron hasta Barcelona el pasado domingo 20 de abril para ver torear al diestro que da nombre a esta entidad. Fue una gran peregrinación a la Ciudad Condal. Pero éste no va a ser el único viaje, ya que este año habrá otros a Jerez, San Sebastián o Algeciras, entre otras ciudades.
La corrida levantó un gran revuelo. Nadie se quería perder este acontecimiento. Todos los seguidores querían estar en Barcelona justo un año después de la noticia de la vuelta a los ruedos de José Tomás. Además, la Monumental es una de las plazas talismán del torero. El pasado año triunfó con mucha fuerza, saliendo a hombros.
Una pequeña decepción
El festejo del pasado domingo decepcionó por el mal juego del ganado, pero fue asunto menor. Se esperaba más, pero el torero, como casi siempre, estuvo a un nivel máximo. No importó. Será en su próximo compromiso. Las armas apuntan hacia lo más alto.
El viaje fue cansado, pero todos los que estuvieron dijeron que mereció la pena. Primero, desde Galapagar, en autobús hasta Atocha, y posteriormente en AVE en dirección a la Ciudad Condal. La tertulia fue amena. Poco importaba que el tiempo no acompañara. Entre las ventanas del vagón se veía llover intermitentemente y la temperatura era baja.
El ambiente en Barcelona era de día grande. Una buena y reconfortante comida entre los peñistas presagiaba el triunfo del torero de Galapagar. Hablando de toros. De las tardes de triunfo. De mil cosas. Para no perdérselo.
Fidelidad inalterable
La peña galapagueña organiza muchos viajes a distintos puntos de la geografía para ver actuar al diestro de la tierra. Muchos no se pierden ni un festejo. Mantienen una fidelidad constante para apoyar y dar aliento a este torero de época. Son fijos.
Todos disfrutaron. Bastaron unas gotas del toreo de José Tomás para poner a todos de acuerdo. Siempre con ganas de verle hacer más y de que cuaje una faena marca de la casa. De las grandiosas. No fue posible por culpa del ganado de Gracigrande, pero su temporada acaba de comenzar.
A la vuelta, los comentarios de unos y otros se sucedían. No fue como se esperaba, pero la gente volvía satisfecha. Como telón de fondo, su vuelta a Las Ventas ya toma cuerpo. Ojalá que los sueños de triunfo se cumplan y pueda salir por la Puerta Grande. Todos quieren estar en el coso venteño. No se habla de otra cosa. Todas las tardes son importantes pero ya dicen que de Madrid, al cielo...
La historia de cada socio
Y el espacio no da para más. Me gustaría resaltar momentos y debates coloquiales y entusiastas con muchos más socios. No quiero pasar por alto que fue un gusto compartir mantel con Daniel, con Helena, con Celsa, con José Enrique Morito... Y en general, con todos. También Félix, Manuel, Carlos, José... Cada socio esconde una pequeña historia de la vida de José Tomás. Muchos llevan grabadas en sus retinas las grandes tardes que su torero les ha hecho disfrutar, mientras que algunos también recuerdan, en el terreno más personal, a ese niño al que un día vieron nacer, crecer y hacerse torero, para posteriormente alzarse a la cima de la tauromaquia como uno de los más grandes de la historia. En el brillo de sus ojos se puede ver la ilusión y la esperanza con que afrontan esta temporada 2008. El tiempo dirá.
Como decíamos, fue un día para recordar, pero a todos estos excelentes aficionados les une una cosa: su pasión por José Tomás.
Otra vez los antitaurinos
En los aledaños de la Monumental los antitaurinos protestaban con más ruido que integrantes. No más de 200 en una gran capital como es Barcelona es una absoluta minoría. Fueron menos que el pasado año, a pesar de sus ruidosas y alteradas protestas, siempre rodeados por las fuerzas de orden público para evitar conflictos.
Si éste es su poder de convocatoria, no hay motivo para la preocupación. A Cataluña le podrá gustar más o menos la fiesta de los toros, pero la mayoría de la gente se muestra indiferente. Ni a favor ni en contra. Los anti son cuatro hormigas en un gran desierto.
Como contraste, frente a ellos había otra manifestación a favor de la Fiesta, pero la verdadera manifestación, una auténtica celebración, fue el nuevo lleno hasta la bandera en la Monumental. Nada menos que 20.000 personas. Para su desgracia.