El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Libertad de elección o cesión al negocio privado en perjuicio de la escuela pública. Ésa es la disyuntiva que se abre ante el aumento de centros concertados en la Comunidad de Madrid, y especialmente en la zona Noroeste, con casos como los de Guadarrama, El Escorial, El Boalo, Torrelodones, Las Rozas, Majadahonda o Pozuelo. Así lo pusieron de manifiesto ayer Comisiones Obreras, UGT, la FAPA Giner de los Ríos, la Platafaforma Madrid de Escuelas Infantiles y la Plataforma por la Escuela Pública de Moralzarzal. La convocatoria de esta rueda de prensa coincidía además con una jornada de huelga en el sector de las escuelas infantiles y casas de niños, en protesta por el decreto recientemente aprobado por la Administración regional. Sin entrar en detalle acerca de esta cuestión, la propuesta autonómica incluye unos cuantos aspectos que deben ser matizados cuando no corregidos, como los referentes a la titulación de los docentes, el espacio de los centros o el propio currículum. Es cierto que es necesario agilizar e impulsar la creación de dotaciones de Infantil, pero esto no puede llevarse a cabo a cualquier precio, puesto que la calidad siempre ha de primar por encima de cualquier otra consideración. Hablan los sindicatos de guarderías garaje y de simples aparcaniños, e indudablemente la Comunidad debe escuchar las peticiones de los trabajadores y agentes sociales para dar forma a un modelo que responda a las demandas de todos.
En cuanto a las privatizaciones, es un modelo que ha funcionado en numerosos municipios y que puede servir como complemento a la escuela pública, pero en ningún caso debe sustituir a ésta. Los planes para el futuro más inmediato (los dos próximos cursos) pasan por la construcción de ocho colegios concertados en la zona Oeste, mientras que desde la Consejería de Educación no se ha anunciado ninguno de titularidad pública; un evidente desequilibrio que debería ser corregido cuanto antes.