Toros

San Isidro en la calle

Alfredo Fernández

Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
La pasada semana les ofrecíamos los carteles del grueso de la temporada en Madrid: Feria de San Isidro, Aniversario y Comunidad. Si han echado un vistazo a las combinaciones habrán contemplado que la cartelería isidril es bastante flojita. Por un lado, cuatro o cinco combinaciones atractivas y donde se aglutinan las figuras o toreros con interés (Ponce,El Cid, El Juli, Castella, Manzanares, Perera, Talavante...), y por otro, las corridas toristas y de hierros duros que gustan en Madrid.

Si quitamos esas combinaciones, no más de 10 ¿qué? Pues un gran plantel de carteles baratos, donde la empresa se amasará muchos millones con la plaza llena a diario y la tele y donde el aficionado tendrá pocos alicientes para ir con ilusión. San Isidro es un abono cautivo. Un impuesto revolucionario. O pagas el abono y vas, o lo pierdes. No hay excusas. A tragar. Toda una avalancha de carteles que tienen mínimos atractivos, tanto que si los ponemos cualquier domingo de temporada en Las Ventas sabemos que no se cubre más de un tercio de entrada. Por eso la empresa debería haber sido más espléndida, ya que hay alguna tarde que es realmente espantosa y promete pocas cosas. Pero lo peor no es eso. Lo peor es el invento del Aniversario. Una feria redonda, dicho sea de paso.

Muy bien planteada. Con figuras. Carteles fuertes donde alguno debería haberse incluido en la isidrada y no aquí. ¿Por qué?
Porque es una manera de que el abonado desembolse otra importante cuantía económica.

A ver quién es el guapo que después de tragarse muchas tardes plúmbeas como estoy seguro que habrá en San Isidro, no se saca el abono para presenciar el Aniversario, que es mil veces mejor.

Una invento sacado de la chistera de la empresa para ampliar un San Isidro que no debió recortarse. Un año, aprovechando el Aniversario de la construcción de la plaza, se montó este ciclo, y ahora todos los años son ya aniversarios.

Pero no quiero ser derrotista. Las Ventas, por mayo y junio, es un gran negocio. Una gallina de los huevos de oro muy lucrativa para la empresa y mientras se lo consientan, hace bien en ganar. Pero lo que si es para quejarse es que podrían haber hecho carteles muchísimo mejores.

Dejarse de toreros más vistos que el TBO y de ganado de hierros de pueblo... y lo lamentable, si me apuran, es que querían dejar fuera a José Tomás. Sin palabras.