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Corbacho a favor del derecho a voto de los inmigrantes

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El nuevo ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, es partidario de extender el derecho de voto a los inmigrantes, pues, "si estas personas no pueden votar, no van a estar pendientes de lo que pasa en la ciudad en la que viven".

Cuando era alcalde de L’ Hospitalet de Llobregat y presidente de la Diputación de Barcelona, Corbacho argumentó el pasado mes de marzo que la integración de los inmigrantes no es completa porque no pueden votar y, por tanto, el interés de este colectivo social "por las políticas locales es bajo".

El PSOE ya promovió en agosto de 2006 una proposición no de ley en el Congreso para que los extranjeros residentes legales pudiesen acudir a las urnas en las elecciones municipales, una iniciativa que contaba con el visto bueno del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Sin embargo, el jefe del Ejecutivo no se atrevió durante la pasada legislatura a abordar este polémico tema. Tan sólo el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, durante una comparecencia en el Congreso, abrió la posibilidad de que los extranjeros con residencia permanente pudiesen votar en los comicios municipales.

Pero, Caldera fue desmentido por la vicepresidenta del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, quien frenó en secó el debate y afirmó que esta cuestión no estaba «en el horizonte del Gobierno».

Habrá que ver si ahora con la llegada de Celestino Corbacho al Departamento de Trabajo e Inmigración, el Ejecutivo socialista decide plantear este nuevo derecho para los inmigrantes.

Lejos del discurso políticamente correcto
A nadie se le escapa que el ex alcalde L’ Hospitalet está manteniendo un discurso bastante distinto al de su antecesor y muy alejado de lo políticamente correcto. De hecho, en los últimos tiempos se ha convertido en el ariete de un sector de la izquierda que ha cambiado su mensaje sobre la inmigración, más cercano al del PP que al del 'papeles para todos'.

Así, Corbacho no ha tenido empacho en declarar que "la inmigración está creando una realidad nueva que nos hace estar a todos más inseguros".

También ha admitido que los inmigrantes pueden reducir los derechos de los españoles y hacer retroceder el Estado del Bienestar.

Y ha dejado clara su postura en declaraciones como ésta: "Si antes había 10 personas con derecho a una beca de comedor, y ahora hay 20 personas que la quieren, no hay que dársela a los diez últimos que han llegado. Habrá que aumentar las becas del comedor hasta 20", argumentó.

O ésta: "Un inmigrante, un millón de inmigrantes, o dos millones de inmigrantes no pueden hacer retroceder el Estado de Bienestar".

También ha manifestado que los inmigrantes deben hacer esfuerzos para integrarse en el país y respetar "unos valores comunes para que la convivencia no se ponga en riesgo".

"El fenómeno de la inmigración se coloca en una escalera, se coloca en un barrio y se coloca en una ciudad, pero mi opinión es que ni la escalera, ni la ciudad, ni el barrio pueden funcionar nunca con la norma del último que se empadrona", ha señalado.

También ha defendido que ejercerá una "tolerancia cero en las actividades económicas" porque "no se puede permitir que los chinos abran sus tiendas en festivos, que los paquistaníes vendan bebidas alcohólicas a partir de las 11 de la noche o que los latinoamericanos tengan sus bares abiertos hasta las cuatro de la madrugada".

Lo que nadie puede poner en duda es que, desde luego, Corbacho sabe de lo que habla y ha vivido el fenómeno en el ruedo y no desde la barrera. L’ Hospitalet es uno de los municipios catalanes con un mayor número de inmigrantes, que rondan los 53.806 frente a 198.042 españoles.

Y el propio Corbacho ha explicado cómo vivió este aumento espectacular de residentes foráneos: Hospitalet multiplicó su población inmigrante desde el 4 al 23%, es decir que "en poco tiempo nos encontramos con barrios en los que el 40% de los vecinos eran inmigrantes y colegios con un 80% de extranjeros".