El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Con esta nueva estimación del Fondo se reducen las posibilidades de acceder al G-7.
El grupo de los países más desarrollados del mundo, el G-7, ha sido objeto de deseo del Gobierno español en los últimos años, ya fuera en el mandato de José María Aznar (PP) o en la anterior legislatura, dirigida por José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE). Aznar fue explícito en su ambición y esgrimió en varios foros las credenciales de la economía española para incorporarse al club de los más ricos. Rodríguez Zapatero no ha hecho bandera de la entrada al G-7, pero el empeño sigue ahí: "España es la que más partidos gana en la Champions League de las economías mundiales", dijo hace pocos meses. Pero es un objeto de deseo esquivo. La última estimación de los organismos internacionales deja a España en la undécima posición, algo descolgada de los puestos de honor.
La cuota del PIB español en 2013, según la previsión del Fondo, será inferior a la de México, lo que haría perder otra posición
El principal argumento del Gobierno reside en el tamaño de la economía, cuyo medidor más habitual es el PIB. En 2007, España alcanzó los 1,05 billones de euros y superó por segundo año consecutivo a Canadá, el socio con menos peso del G-7. Esta clasificación tradicional, en la que se utilizan los tipos de cambio que marca el mercado, traduce todas las cifras a dólares para poder realizar la comparación. Y el año pasado estuvo encabezada por Estados Unidos, con China (cuarta posición) incrustada entre los países más desarrollados y España en el octavo lugar.
Pero esta comparación aplica los tipos de cambio del mercado a bienes y servicios que no participan en el comercio internacional ni, por tanto, en la formación de esos tipos de cambio. Para salvar este problema, que afecta sobre todo a las economías menos desarrolladas, y las distorsiones del mercado cambiario, los organismos internacionales elaboran otros tipos de cambio que reflejan mejor el poder de compra de cada moneda. El último informe del Fondo Monetario Internacional, publicado esta semana, aplica los resultados de esta compleja labor estadística, desarrollada por el Banco Mundial en colaboración con el propio FMI, la OCDE y la Comisión Europea. La nueva clasificación, más ajustada al tamaño real de las economías, aúpa a los países emergentes y deja a España fuera de los 10 primeros puestos.
La medición de las economías en paridad de poder de compra beneficia sobre todo a China (que generó el 11% de la riqueza mundial en 2007, frente al 6% estimado con los tipos de cambio de mercado) e India (pasaría del 2% al 4,5% del PIB mundial). Los dos gigantes asiáticos ocupan en esta nueva clasificación el segundo y cuarto puesto. Estados Unidos se mantiene como la primera economía del mundo, aunque con un peso algo menor que con los tipos de cambio de mercado.
La nueva estimación también revela que el tipo al que se cambia el euro en los mercados internacionales está sobrevalorado en comparación con su poder de compra en los países en los que se utiliza. De ahí que esta revisión estadística dé un peso menor a todas las economías de la zona euro: Alemania pasa al quinto puesto y Reino Unido al sexto lugar, según los datos de 2007.
Esa pérdida de peso afecta también, claro está, a España. De ocupar el octavo puesto con la estimación a tipos de cambio de mercado pasa ahora al undécimo lugar con el PIB medido en paridad de poder de compra, con una cuota mundial del 2,1%. Con relación a las economías que están en el G-7, España amplía su diferencia con Canadá (que ocupa el decimotercer puesto) y lima distancias con Italia (décimo lugar), aún muy lejos. Pero, además de China e India, se cuelan otras economías emergentes como Rusia y Brasil, beneficiadas también por el nuevo sistema de medición que aflora riqueza mal computada en los países en desarrollo. La irrupción de los cuatro BRIC desbarata buena parte de la argumentación española. Con datos de 2007, España quedaría fuera incluso de un hipotético G-10, una de las fórmulas planteadas para dar cabida en el club de los más ricos a nuevos socios.
Renta por habitante
Las proyecciones realizadas por los expertos del FMI también debilitan la posición española en esta competición por ganar influencia en los foros internacionales. Según las previsiones publicadas el pasado miércoles, en 2013 el tamaño de la economía china estará ya muy cerca del de Estados Unidos, Japón cederá el tercer puesto a India y Rusia adelantará a Alemania. La pujanza de los países emergentes también haría a España (1,91% del PIB mundial en 2013) perder la undécima posición a manos de México (1,95%). Y Corea del Sur (1,86%) se quedaría muy cerca.
Los países emergentes, sin embargo, se pierden en la clasificación cuando se analiza la renta por habitante (China se queda en el puesto 100, India en el 127), lo que evidencia que su empujón económico se basa en la incorporación masiva de población al mercado laboral; y que aún persisten en ellos amplias bolsas de pobreza. En los primeros puestos de la clasificación de PIB per cápita, de nuevo en paridad de poder de compra, imperan las potencias petroleras del golfo Pérsico (Qatar, con 80.870 dólares por habitante, ocupan el primer puesto) y pequeños países europeos (Luxemburgo y Malta completan el pódium). En esta clasificación, Canadá está claramente por delante de España (30ª, con 30.120 dólares), que en 2010, y pese a un incremento demográfico mucho mayor, pasaría a Italia.