Opinión

Cercedilla: un lugar de privilegio - Un complejo hotelero para Cerro Alarcón - La ‘pasada’ de Julio Henche

Cerro Alarcón y su polémico complejo hotelero y residencial

LUCES Y SOMBRAS

Manuel J. Ortega

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Aunque no sea un gran aficionado a la Fiesta Nacional, debo reconocer que por segundo año consecutivo me he desplazado hasta la emblemática ciudad de Cercedilla para asistir al festival taurino - II Memorial homenaje Paquito Fernández Ochoa-, celebrado el pasado domingo en su coqueta plaza de toros que pese a cumplir ya los 85 años (se inauguró el 22 de julio de 1922 con un mano a mano entre Angelete y Josito de Málaga), mantiene un peculiar encanto.

Pero no se preocupen, que no tengo la menor intención de relatarles aquí el desarrollo de este interesante evento taurino -eso lo hará nuestro compañero Alfredo Fernández, que a fin de cuentas es el conoce los entresijos del arte de Cúchares-, aunque si les hablaré de mi estancia en este privilegiado lugar, posada en su día del Buscón de Quevedo y lugar que cautivó al Rey Alfonso XIII desde aquel 12 de julio de 1923, en que visitó esta villa en compañía de su esposa, doña Victoria Eugenia, para inaugurar el ferrocarril eléctrico que accede al puerto de Navacerrada.

Capital de la Sierra a mediados del siglo pasado, Cercedilla además de cautivar a muchos miembros de la realeza, fue lugar de cita para escritores y poetas de renombre, entre ellos Giner de los Ríos, Antonio Machado, Carmen Laforet, Camilo José Cela o Luis Rosales, quien la piropeó así: “Las noches de Cercedilla / las llevo en mi soledad / y son ya la última linde / que yo quisiera mirar”. Pero sería pecado seguir hablando de esta bonita localidad serrana sin mencionar a uno de sus más insignes vecinos, Enrique Espinosa Amboague, alcalde durante veintitantos años y algunos otros como concejal de la oposición (en 1996 sufrió una moción de censura). Anunció su abandono de la política en 2003 “porque vivimos momentos poco agradables para ser alcalde o concejal y además los vecinos ya están hartos de verme”. Espinosa defendió a capa y espada la Sierra, el puerto de Navacerrada, el senderismo, la ecología; inventó y promocionó el Aurrulaque, un lugar donde anualmente se celebra el aquelarre lúdico más importante de nuestra región y se dejó la piel en los despachos de la Comunidad de Madrid a cambio de que nuestra comarca recibiera un trato adecuado. Tuve la satisfacción de saludarle (hacía casi 10 años que no nos veíamos) y quedamos en llamarnos para comer juntos y hablar de muchos temas, pero sobre todo de política, porque como me dijo Enrique a modo de despedida y con cierta sorna “de eso aún se algo”. Les garantizo una entrevista muy interesante.

En el pleno celebrado el pasado 17 de marzo, el Partido Independiente de Valdemorillo (PIVALDE) solicitó a la alcaldesa, Pilar López Partida, que explicara en qué situación se encontraba el proyecto de construcción de un complejo hotelero y residencial que sustituirá al antiguo Club Naútico de Cerro Alarcón, ubicado en el término municipal de Navalagamella, colindante con el municipio de Valdemorillo, dotado de una residencia geriátrica (36 plazas), un apartahotel (42 habitaciones) y 110 apartamentos, ocupando una superficie de 34.921 metros cuadrados, es decir, el 87,40 por ciento de la parcela a desarrollar. Y la portavoz de Pivalde, Carmen Villanueva, hizo esta pregunta no porque esté interesada en los temas urbanísticos de Navalagamella, sino porque Cerro de Alarcón es una urbanización que pertene en más de un 90 por ciento a Valdemorillo y por eso en caso de que este proyecto se haga realidad, serán los valdemorillenses los más perjudicados, ya que de sus arcas municipales saldrán los dineros necesarios para incrementar el servicio de limpieza pública, el de seguridad ciudadana, además de tener que compartir el agua y mantener o mejorar los accesos, mientras Navalagamella se llevará las plusvalías del futuro negocio. ¿Y que ha dicho la alcaldesa al respesto? Pues lo que en estos casos suelen decir los políticos: que no sabe nada del asunto. Y claro, así les crece la nariz
Me precio de haber mantenido durante los últimos cuatro años una cordial relación con Julio Henche, ex presidente del PP de Collado Villalba y ex candidato a la alcaldía de esta localidad en las elecciones municipales celebradas el pasado mes de mayo, y por eso me sorprende el contenido de la nota publicada en su blog el pasado sábado, donde embiste contra los medios de Collado Villalba de una forma bastante desafortunada y generalizada, lo que aún es más injusto (confío en que habrá reconocido ya su error), por el hecho de que estos no acudieran a un acto organizado por el Foro Peñalba, que él preside, en el que intervinieron un editor de prensa, la política catalana Monserrat Nebrera y otros insignes representantes de la sociedad de Cataluña. Decir por ello que los medios villabinos somos patéticos, tildarnos de folletines de pueblo, de chupatintas, esclavos del pasteleo y no sé cuántas lindezas más, me parece una pasada. Ni en caliente se pueden decir esas cosas, aunque se piensen (me consta que Henche no guarda muy buenos recuerdos del trato que le dispensó algún medio local durante su ejercicio político). En fin, Julio, espero que reflexiones y corrijas dichos improperios, porque el insulto quita siempre la razón a quien lo emplea. Por otro lado, debes aceptar que en el ejercicio de la libertad, los medios son libres de acudir o no a un acto determinado, y más cuando, como en el caso que nos ocupa, el tema a tratar era de ámbito nacional.