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Un Jurado dictamina que Lady Di murió como consecuencia de un homicidio por negligencia

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El jurado de Londres dictaminó que no hubo conspiración y que la muerte de la princesa y Dodi al Fayed fue la consecuencia del comportamiento de los fotógrafos que perseguían a la pareja y del chófer que pretendía alejarles de ellos bajo estado de ebriedad.

La muerte de Diana de Gales y Dodi al Fayed, la fatal noche del 31 de agosto de 1997 en París, no fue ni un mero accidente ni una conspiración: fue la consecuencia del comportamiento de los fotógrafos que perseguían a la pareja y del chófer que pretendía alejarles de ellos. Así lo dictaminó ayer en Londres un jurado de 11 miembros tras seis meses de investigación y en torno a 250 testimonios.

El fallo no fue unánime, pero se tomó por una mayoría de nueve votos a favor y dos en contra. La investigación, que ha costado ocho millones de euros, es la consecuencia de la tenaz presión ejercida durante años por el millonario Mohamed al Fayed, empeñado en demostrar que su hijo y la madre de los nietos de Isabel II fueron asesinados por el establishment británico con el objetivo último de impedir que Diana se casara y concibiera con un hombre de religión musulmana.

Pero quizás ha sido el peor veredicto posible para Al Fayed, que una vez más ve desvanecerse su teoría de la conspiración. El jurado considera establecido que la muerte de Diana y Dodi fue ilegítima (unlawfull), una definición que legalmente puede equivaler a homicidio. Pero los homicidas serían los fotógrafos y el chófer, Henri Paul, que también murió en el accidente, y no los servicios secretos británicos. A su muerte contribuyó en gran medida el azar: el hecho de que no llevaran cinturones de seguridad y de que el coche se estrellara contra un pilar del túnel bajo el puente Alma, y no una pared, fueron elementos decisivos.

Fue algo más que un accidente pero mucho menos que una conspiración. La teoría de la conspiración ya fue descartada de antemano por el juez, que privó al jurado de pronunciarse directamente por falta de la más mínima prueba que la avalara. Es de esperar que amainen de forma importante los apoyos a la teoría de la conspiración, pero su gran patrocinador, Mohamed al Fayed, no da signos de que vaya a tirar la toalla. "Lo más importante es que es un asesinato", musitó ayer al abandonar el palacio de justicia rodeado de guardaespaldas.

La declaración leída en su nombre por su portavoz tampoco parece vislumbrar un acatamiento del fallo. "Estoy decepcionado", dice Al Fayed, que insiste en que la princesa y su hijo fueron asesinados y lamenta que la reina y el duque de Edimburgo no hubieran prestado declaración.

Jurídicamente, el fallo del jurado no va a tener ningún efecto. Henri Paul murió en el accidente y los fotógrafos no pueden ser procesados porque la justicia británica no puede procesar en el Reino Unido a los presuntos responsables de un homicidio en el extranjero, salvo que ellos mismos sean británicos.

El veredicto difiere del que emitieron en su día las autoridades francesas, que inculparon al chófer pero exculparon a los fotógrafos. Ayer, el jurado británico tenía otras cuatro opciones: culpar sólo a Henri Paul, culpar sólo a los fotógrafos, muerte accidental o veredicto abierto.