José Luis Úriz

Escribo esta reflexión recordando aquella terrible semana negra de 1977, habría que añadir de Madrid, porque aunque los hechos afectaran a todo el país fueron allí donde se desarrollaron.

1 de diciembre, Día Internacional de la Lucha contra el Sida. Un día para reivindicar mayores esfuerzos contra esta cruel enfermedad, para reflexionar sobre lo que no hacemos bien, denunciar a los gobiernos que no se implican lo suficiente, o simplemente para recordar a nuestros muertos.

Nacer en 1948 te da una panorámica extensa de la historia de este país y lamentablemente una posición crítica, incluso decepcionante de la situación actual, tanto social como política.

Hace unos días Noam Chomsky, uno de los pocos pensadores que nos queda, señalaba en una interesante entrevista que el mundo camina hacia un momento en el que nos podemos ir despidiendo ya unos de otros.

Hubo un tiempo en el que la escasez de noticias durante el verano, obligaba a los medios de comunicación a destripar lo que se denominaban “Serpientes del verano”, supongo que haciendo alusión a los habituales avistamientos del monstruo del lago Ness.

A lo que está sucediendo en los últimos tiempos en la arena política de nuestro país, se le podría aplicar aquel dicho de nuestros mayores referido a los hijos adolescentes; “no se les puede dejar solos”. O aquello que aseguraba Mariano Rajoy dirigido a sus compañeros de partido; “vaya tropa”.

Noviembre nos está resultando un mes convulso...

Que la situación internacional cada vez está más complicada ya no lo discute nadie.

Antes de nada y para evitar equívocos señalar que Ona (buena en euskera) es, era, una perrita no una persona.

Ahora que celebran en Oregón los campeonatos mundiales de atletismo nos puede recordar que estamos en la recta final de esta legislatura.