Renunciaría el Dalai Lama si no cesa la violencia en el Tíbet
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
“Si las cosas siguen fuera de control, mi única opción es abandonar por completo”, ha dicho el Dalai Lama en una rueda de prensa en Dharamsala, al norte de India, donde mantiene su exilio desde 1959.
El líder espiritual tibetano ha negado asimismo las acusaciones de Pekín que le responsabilizan de orquestar los disturbios en los que habrían muerto decenas de personas en Lhasa. “Cualquier investigación será bienvenida”, ha dicho en relación al dedo acusador chino. “Se pueden comprobar varias de nuestras oficinas. Pueden examinar mi pulso, mi orina, mis deposiciones, todo”, ha añadido el Dalai Lama para defenderse.
El anuncio del líder tibetano llega poco después de que Pekín ha cargado contra él y ha pedido que se le investigase. El primer ministro chino, Wen Jiabao, ha acusado al líder espiritual de alentar los enfrentamientos que están teniendo lugar en Lhasa y otros puntos de Tíbet donde han perdido la vida decenas de personas, al tiempo que defendió la posición del Gobierno en Lhasa.
"Es más que evidente que este incidente es organizado, premeditado, planeado e incitado por la camarilla de Dalai Lama", ha señalado Wen ante los periodistas. Previamente, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino había comunicado que las autoridades de su país tienen “claras evidencias” de la responsabilidad del Dalai Lama.
Con el uso de la fuerza, la situación en Tíbet se ha calmado pero parece lejos de normalizarse. El ultimátum dado por Pekín para que se entregasen los autores de las manifestaciones de los pasados días ha expirado y, desde anoche, la policía china recorre casa por casa la localidad de Lhasa para detener a sospechosos de participar en los disturbios.
La agencia Reuters informa que al menos 30 personas han sido detenidas desde el fin del requerimiento gubernamental, entre ellos una docena de monjes budistas que mantenían sus protestas pacíficas en el monasterio de Dinka, cerca de Lhasa. Según informó Radio Free Asia (RFA), la policía ha detenido “cientos” de personas, entre ellas antiguos presos políticos, desde el fin de semana y hasta esta pasada noche, una vez expirado el ultimátum. Pekín garantizaba la clemencia para quienes se entregasen y castigos severos a los que no lo hicieran.
Mientras, el Gobierno tibetano en el exilio ha anunciado que tiene confirmados un total de 99 muertos en los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad chinas y los manifestantes tibetanos. El balance anterior ofrecido por los tibetanos era de 80.
Problemas en los Juegos Olímpicos
China añade que los violentos disturbios en Tíbet, donde las tropas comunistas entraron en 1950, son orquestados por seguidores del Dalai Lama porque buscan arruinar los Juegos Olímpicos que se celebrarán en agosto en Pekín.
El primer ministro chino ha dicho que es “inevitable” que en el proceso de su organización estén apareciendo “problemas”. Wen ha expresado su deseo de que sean resueltos y ha reiterado el llamamiento a que la cita deportiva no se politice.
“Los Juegos son una reunión de pueblos de todo el mundo y en ellos se debe respetar el espíritu olímpico, no politizar los Juegos”, ha destacado Wen ante los periodistas, al término de la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (Legislativo).
“En China, país con una historia de 5.000 años, los Juegos son el sueño de gente de todas las generaciones. Esos Juegos aumentarán la amistad y la cooperación de China con todo el mundo”, ha señalado. Pese a los muchos problemas, el mandatario ha afirmado que el mundo quedará "satisfecho" con los Juegos Olímpicos de Pekín.
En los últimos meses, la organización de los Juegos Olímpicos se ha encontrado con numerosas críticas e incluso llamamientos al boicot, en la mayor parte procedentes del extranjero.Las revueltas en Lhasa, la principal ciudad tibetana, y su represión han desatado aún más llamamientos al boicot, que ya fue solicitado por grupos como Reporteros Sin Fronteras (RSF) por la detención de periodistas y ciberdisidentes.
Otras presiones de carácter no político también han ensombrecido la organización de los Juegos, como la decisión del plusmarquista mundial de maratón, el etíope Haile Gebrselassie, de no disputar la prueba reina del atletismo debido a la alta contaminación de Pekín, o el anuncio estadounidense de que el equipo olímpico llevará su comida porque no confía en la que se prepara en China.