Cuando la burocracia mata

Hace pocos días leíamos en la prensa el caso de una vecina de Cercedilla que moría por no recibir la asistencia sanitaria a tiempo. La mañana del sábado 1 de diciembre nos despertábamos, esta vez en Alpedrete, con la noticia del fallecimiento de un vecino por no recibir asistencia en el plazo oportuno.

A pesar de que desde hace casi un año nos “vendieron” el servicio sanitario las 24 horas del día estamos todavía en condiciones indeseables. En Alpedrete nos quedamos sin médico a las nueve de la noche de cualquier día de la semana, y por supuesto, sin facultativo los festivos y fines de semana. Lo triste es que hasta que no suceden hechos como los narrados no parece que se tenga que hacer nada. En este último fallecimiento de Alpedrete, los sanitarios tardaron, según los vecinos del difunto, más de una hora en llegar. ¿Tenemos realmente las condiciones sanitarias que nos merecemos? Yo creo que ni mucho menos.

Estamos en una zona de España con un nivel medio alto, lo que supone grandes dificultades para llegar a fin de mes de muchas familias, pero a cambio no tenemos los servicios públicos que deberíamos. La salud es muy importante, pero débil que si no recibe los recursos necesarios. ¿Por qué los trámites para poner en marcha el dispositivo de emergencias pesan tanto que tienen que costar la vida a los ciudadanos?
Quizás todos los responsables en la materia deberían reunirse sin acritud con el único fin de buscar una solución a los plazos y a los recursos indispensables, para ponerlos a disposición de los ciudadanos y de esa manera no tener que volver a asistir a hechos tan lamentables.