Accidentes en la Cruz Verde

Soy un motero de 39 años, vivo en la Sierra del Guadarrama y subo a la Cruz Verde los domingos. Llevo 27 años utilizando la moto y creo que esta larga experiencia me permite poder decir que no somos los únicos culpables de los problemas sobre accidentes que nos achaca la Dirección General de Tráfico. Durante los dos meses de verano han fallecido 101 motoristas, 34 más que el año pasado, cifras evidentemente graves que deben obligarnos a todos a actuar. Asumo nuestra responsabilidad, pero sin olvidarme de la del Ministerio del Interior, DGT y Ministerio de Fomento.

Los dos accidentes producidos la semana pasada en los términos de Robledo de Chavela y Moralzarzal fueron debidos a dos impactos frontales contra otros vehículos, cosa bastante común últimamente. No voy a buscar al culpable de ellos pero lo lamentable es que fallecieron los dos motoristas.

La gran mayoría de los accidentes en motocicleta se producen a menos de 70 km/hora, muy lejos de los límites específicos y genéricos establecidos por la DGT. Basta una mancha de gasóleo, un poco de suciedad y el habitual mal asfaltado de nuestras carreteras secundarias para que los usuarios de “las dos ruedas” (incluyo los ciclistas), suframos un accidente que puede ser aún más grave cuando hay por medio quitamiedos o mejor dicho, quitavidas. ¿Por qué no empiezan por solucionar este grave problema?
Como el tema de los accidentes de tráfico está de moda, Mario de la Fuente, alcalde de Robledo de Chavela sale en la prensa para reabrir el debate sobre la peligrosidad en la carretera del puerto de la Cruz Verde, pidiendo más efectivos de la Guardia Civil para incrementar la seguridad. Yo le pediría al señor de la Fuente que deje de vernos como delincuentes y que busque soluciones positivas con los representantes de la Administración, pues lo de prohibir, reprimir y sancionar, como hemos podido observar en estos últimos once años, no sirve para nada. Y sino vean los resultados habidos tras el incremento en esta zona el número de efectivos de la Guardia Civil, la de helicópteros y los dos radares colocados en Río Cofio y El Tiemblo