Demasiado pensar...

Estos dirigentes políticos nos piden el voto con falsas promesas de mejorar nuestras condiciones de vida, de procurarnos mayor bienestar, de hacernos la vida más llevadera y luego, lo primero que hacen una vez contabilizado el voto y visto el resultado, es aumentarse los salarios (no el IPC como la mayoría de los trabajadores, sino porcentajes de auténtico escándalo). Y lo hacen así, sin anestesia, a lo mecagüendiez y “porque yo lo valgo, para eso trabajo y me preocupo de los ciudadanos”.

Yo hago mis cábalas sobre si realmente estos dirigentes tienen algo de humanidad. ¿Pensarán en los ciudadanos que les votaron? ¿pensarán en la cantidad de ciudadanos que solamente disponen de salario mínimo, ese que el Gobierno aumenta, como mucho, aproximadamente un 6-8 por ciento? ¿y pensarán en esos trabajadores que les votaron que, como mucho, consiguen un aumento salarial del IPC después de muchas negociaciones y fatigas?; ¿y pensarán que además de ese salario que se han aumentado unilateralmente (con acuerdo PSOE-PP en Collado Villalba), disfrutan de teléfono, coche, gastos de representación (el café, las cañas, las racioncitas, la comidas...) gratis? En lo que sí estoy segura que piensan, en lo primero que piensan aparte de su escandaloso aumento de salarios, es en colocar a sus amigos con también un buen salario. Aumentan sin pudor alguno los llamados “puestos de confianza”. Y también me pregunto, ¿es que los funcionarios, esos trabajadores que han estudiado y aprobado su oposición, no son válidos? ¿es que esos funcionarios no son “de confianza”?.

Y ahora que lo pienso: ¿qué dicen los trabajadores municipales, sus sindicatos, sus órganos de representación, de todo esto?. ¿Lo ven correcto y bien? ¿Qué harán cuando negocien su convenio colectivo y les digan que solamente hay un aumento (si lo hay), del IPC, menos un punto, porque los funcionarios “tienen el puesto de trabajo asegurado”?. Mientras los políticos a quienes votamos para que miren por nosotros, lo hacen hacia ellos, se miran impudorosamente el ombligo, sus votantes, los trabajadores que están bajo sus órdenes, pasándolas canutas y sin VISA ni representaciones... ¡Qué mal está repartido el mundo! ¿Cuándo aprenderemos?.

Y termino mi reflexión al ver a nuestro alcalde entre varios dirigentes del PSM, formando parte de la Comisión Gestora, esa que tiene que dar un cambio al PSOE de Madrid. ¿Realmente cambiará el PSM?. ¿Cambiará, lo primero, los sueldos de sus dirigentes, como ha hecho nuestro alcalde, aumentándoselos, como mínimo, un 25 por ciento? ¿Podremos saber cuales son las “razones objetivas e inapelables” para tamaña arbitrariedad?. Demasiado pensar...