El gran éxito capitalista

A mí, en cambio, me vienen a la mente los rostros y sacrificios de los amigos y conocidos que están siendo literalmente ahogados por los bancos y sus legalizadas pero ilegítimas hipotecas. No puedo visualizar a las otras millones de personas que no conozco y que también sufren esta usura, pero sé que malviven atrapados en una sangría económica constante (86 por ciento del sueldo medio o cuatro veces el salario mínimo interprofesional), según el semanario Directa, y esto los aboca a una sumisión total ante los empresarios que les pagan el salario, con el miedo de perder el trabajo sobrevolando sobre cualquier reivindicación que pudieran desear y la consecuente movilización organizativa que tendrá consecuencias devastadoras en un futuro próximo. Toda una deriva hacia la ‘norteamericación’ de nuestras sociedades, en una Europa que ojalá fuera la ‘Vieja Europa’ de los derechos sociales (podríamos decir la ‘bella Europa’), en vez de volver a cabalgar hacia una UE del capital que ya fue cuestionada en referéndum, un escenario que se han cuidado lo suficiente de alejar del reciente aprobado Tratado.

Pero volviendo a los beneficios bancarios, el hecho de conseguirlos a cuenta de personas humildes y trabajadoras lo encuentro directamente delictivo. Sería bueno que el Gobierno les obligara a dedicar el dinero necesario para aflojar la presión sobre los ciudadanos que están desesperados por las disparatadas hipotecas