Así lo ha anunciado el consejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, Jorge Rodrigo, durante su visita a la parada de Menéndez Pelayo, una de las que mañana volverán a recuperar la normalidad tras la finalización de los trabajos de mejora del primer itinerario afectado, entre Sol y Nueva Numancia, con la excepción de Atocha, que se mantiene cerrada debido a las tareas de ampliación de la Línea 11 a su paso por esta zona.
Todas las actuaciones se están llevando a cabo sobre 13 kilómetros del trayecto, y que enfilan su recta final, permitirán acortar los tiempos de viaje de los convoyes y optimizar los costes de mantenimiento. Asimismo, se están realizando labores de desamiantado y sustituyendo las piedras y las traviesas de madera de las vías por una nueva plataforma de hormigón, lo que contribuirá a reducir ruidos y vibraciones.
La Línea 1 fue la primera en construirse y ponerse en funcionamiento en el año 1919 y en 2022 fue utilizada por más de 82 millones de viajeros. En sus más de cien años de historia se han realizado numerosas obras de mejora e innovación destacando la ampliación de andenes de los años 60 o la reciente consolidación de túnel en 2016.
Menéndez Pelayo, más accesible
El Ejecutivo madrileño ha invertido 10,7 millones de euros en la modernización y accesibilidad de la estación de Menéndez Pelayo, para dotarla de dos nuevos ascensores y un vestíbulo, actualizar el sistema de impermeabilización y drenaje y ejecutar un nuevo pozo de ventilación.
Asimismo, en un guiño a la historia de la empresa, el Gobierno regional ha instalado en una de las entradas un tótem de 4,5 metros de altura de forma rectangular y con el emblemático rombo que es imagen de la compañía, similar al de Cuatro Caminos, que recrea la columna que se colocaba el siglo pasado para señalizar a gran distancia las bocas de entrada al suburbano.