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Rafaelillo es diestro para las corridas más toristas  (Foto: www.las-ventas.com)
Rafaelillo es diestro para las corridas más toristas (Foto: www.las-ventas.com)

Ponce, Rafaelillo y Valverde brillan en la tercera semana de la feria

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
La tercera semana de la feria de San Isidro ha bajado un poco el nivel respecto a la anterior. Sin embargo, ha habido momentos importantes a cargo de Enrique Ponce, Matías Tejela, Javier Valverde, Iván Vicente o Rafaelillo, entre otros. No han paseado trofeos, pero han estado muy cerca de conseguirlo, si bien el uso de la espada les ha privado de tocar pelo.

Ahora estamos en plena semana “torista”, que en esta plaza tiene mucho tirón. Hoy lidia Adolfo Martín, mañana será Victorino y el lunes se echa el telón al ciclo isidril con la corrida suspendida el pasado 20 de mayo. Pero todo se enlaza con la feria del aniversario, que comenzará el próximo 6 de junio y que aguarda carteles muy fuertes con la cúspide el próximo 7 de junio con “El Juli”, Castella y Talavante. Por tanto, todavía quedan tardes muy importantes por delante que marcarán el devenir del resto de la temporada.

Comenzamos con la corrida de toros celebrada el jueves 24 de mayo, con el cartel de más tirón del ciclo: Ponce, “El Cid” y Tejela (que sustituía a César Rincón), ante toros de Alcurrucén. La corrida, sin defraudar del todo, estuvo por debajo de las expectativas. Hubo un toro sencillamente extraordinario, que fue el tercero y que una vez más fue a parar a manos de Matías Tejela. El madrileño dejó dos tandas sobre la mano derecha muy buenas y una más al natural, aunque no terminó de redondear del todo porque el toro de los Hermanos Lozano fue una máquina de embestir por ambos pitones con bravura, transmisión y clase. Tenía la oreja ganada, pero la espada le dejó sin premio.

Enrique Ponce estuvo en maestro y a punto estuvo de llevarse un trofeo en cada toro. Con su primero hizo todo perfecto, sin atosigar al animal, con muchas pausas, pero tuvo la desgracia de que el toro se agotó antes de lo previsto, por lo que no hubo oreja. Con el segundo el valenciano estuvo soberbio. Una faena de gran técnica, con mucho valor, aguantando parones y con esa cabeza tan privilegiada que hace gala el mago de Chiva. Cierto sector de público le increpó injustamente sólo por el hecho de ser figura del toreo. En este difícil toro, Ponce volvió a marcar diferencias. Un feo metisaca y una estocada le hicieron perder una oreja muy justa.
“El Cid” fue volteado cuando saludaba de capa a su primero y terminó acusándolo. Al animal también le costaba repetir y el sevillano no pudo hacer más. Luego se enfrentó a un inválido que debió ser devuelto y no pudo hacer nada.

En el festejo de rejones del viernes 26 hay que volver a resaltar el gran triunfo de Diego Ventura, que nuevamente abrió la Puerta Grande. Cortó tres orejas y se perfila como uno de los grandes del rejoneo. También Andy Cartagena se llevó un trofeo y dio una vuelta al ruedo, mientras que Fermín Bohórquez se fue de vacío.

La corrida de “El Torreón”, remendada con dos toros de Torrestrella, fue un verdadero fiasco la tarde del 26 de mayo. Al conjunto le faltó casta y dio poco juego. La terna, compuesta por Serafín Marín, Matías Tejela y Eduardo Gallo, poco pudo hacer. El único toro bueno y con posibilidades fue un sobrero de Martelilla que correspondió a Eduardo Gallo. El de Salamanca le compuso una labor demasiado intermitente donde en varias ocasiones se sucedieron los enganchones, por lo que su labor nunca cogió vuelo. Tuvo que entenderle de otra forma y luego la espada no estuvo afilada. A Serafín Marín, en su tercer compromiso en esta plaza, no le ayudó ningún toro. El catalán tampoco atraviesa su mejor momento. Matías Tejela tuvo un mal lote .

En jornada electoral, domingo 27 de mayo, regresaban a Las Ventas tras un paréntesis los astados de la legendaria divisa del Conde de la Corte. El encierro fue una decepción en toda regla. No tuvo fuerza, acusó una apabullante mansedumbre, una total falta de casta y movilidad y no tuvo nada de lo que se le presume a una vacada que ha sido fuente de creación de infinidad de divisas. Con estos mimbres, Antonio Barrera e Iván García porfiaron con animales muy deslucidos. Lo mejor de la tarde lo realizó el diestro serrano Iván Vicente, que demostró el gran momento que atraviesa, realizando un trasteo muy asentado, lo que le valió una vuelta al ruedo de importancia a la muerte del segundo toro de la tarde.

La corrida con el hierro de Celestino Cuadri celebrada el pasado miércoles 30 no fue un festejo más. La seriedad de estos toros, su gran personalidad, lo que transmiten al tendido y lo que exigen a los toreros hacen que no sea una más.

Javier Valverde sorteó un animal encastadísimo, con motor, fijeza y nada fácil. Al comenzar la faena fue volteado dramáticamente. No se arrugó el torero, que le plantó cara con muchos redaños para conseguir una faena de gran mérito. Todo lo que le hizo tuvo gran emoción. La espada le privó de una oreja bien ganada. Curro Díaz no se entendió con su primero, con un pitón izquierdo fantástico. No fue su tarde y con el noble quinto tampoco se le vio nada a gusto. Pepín Liria pechó con el peor lote y abrevió sin demasiada convicción.

Rafaelillo se afianza
Rafael Rubio, Rafaelillo, dio un serio toque de atención en la corrida de toros celebrada el pasado martes 29 de mayo con el hierro de Dolores Aguirre. La seria corrida dio un juego paupérrimo por mansa, geniuda, complicada y bronca, aunque siempre logró captar la atención del respetable por sus muchas dificultades.

Pero, como decimos, Rafaelillo ralló a gran nivel y dejó claro que pide paso y que se ha ganado un hueco en este tipo de corridas. Estuvo a punto de salir a hombros si no es por la espada, y trazó una faena de gran emoción a su segundo. Ya con su primero, un animal que cortaba y medía, el murciano estuvo firme y muy por encima de la condición del de Dolores Aguirre. Con el quinto cuajó una gran labor. El toro había sido muy manso, pero terminó rompiendo en la muleta con mucha movilidad y transmisión. El torero le plantó cara con gallardía y fue conduciendo las embestidas muy embebido y siempre por abajo. La plaza estalló porque la emoción de la faena fue patente. La pena fue la espada, porque una o dos orejas hubieran ido a sus manos sin discusión.

El resto del festejo tuvo poca historia. “El Califa” no pudo hacer nada con su marrajo primero, y con su segundo tampoco pudo brillar. Por su parte, Gómez Escorial estuvo correcto primero y con el violento sexto puso tesón, pero apenas torea y es normal que lo acuse, y más con una corrida de este tipo.
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