Los autobuses que se han utilizado para continuar renovando la flota tiene los más modernos sistemas de seguridad y equipamiento, los equipos con motor diésel cumplen los más altos estándares fijados por la normativa europea en cuanto a emisión de gases a la atmósfera, mientras los que incorporan propulsores híbridos y de gas natural comprimido o licuado reducen hasta el 20 por ciento de las emisiones a la atmósfera de CO2 y otros contaminantes respecto a los vehículos que utilizan exclusivamente combustible diésel.
Aparte del impacto positivo en el medio ambiente, sus usuarios también notarán una reducción de ruido de hasta el 50 por ciento frente a un autobús diésel convencional.
Así lo señalaba ayer la consejera en funciones de Transportes, Vivienda e Infraestructuras, Rosalía Gonzalo, durante su visita al a la sede de la empresa ALSA, una de las que presta servicio en distintas líneas de autobuses interurbanos de la región y que han mostrado algunos de sus vehículos, entre ellos el primer autobús propulsado por gas natural licuado (GLC), que va a funcionar en las carreteras de la región madrileña.
Gonzalo ha hecho hincapié en que, gracias a estas renovaciones, la mitad de la flota de autobuses interurbanos de la región tienen menos de cinco años de antigüedad y que uno de cada cuatro autobuses que une a diario las distintas localidades de nuestra región entre sí y la capital llevan menos de dos años de servicio.
Gonzalo ha concluido destacando que “esta renovación se traduce en vehículos con distintas dimensiones para adaptarse a las necesidades de cada servicio que ofrece a los madrileños con los más altos estándares de climatización, señalización, bajas emisiones, reducción de ruidos, y servicios como router wifi.
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