Llevo varios días escuchando lamentos de editores, periodistas, que se quejan de que en las pasadas campañas electorales a sus digitales no les ha llegado ni las ‘migajas’ de lo que se han gastado los partidos políticos en sus campañas electorales.
Es más, algunos se muestran como los responsables de que algunos partidos informaran que la campaña publicitaria estaba destinada a Google y Facebook exclusivamente. Y que no había presupuesto para los periódicos digitales.
Los de ‘Infolibre.es’ informan que sólo ‘Unidas Podemos’ ha destinado en las pasadas municipales, casi un millón de euros sólo en Facebook, por lo que está claro que las redes sociales han fagocitado el trabajo de los periodistas sin que los editores reaccionen.
¿Y cómo deberían reaccionar? Yo lo tengo muy claro. Cuando una vez constituidos los gobiernos municipales sus gabinetes de prensa convoquen a los medios para ofrecer ruedas de prensa, pues contestarles que mejor inviten a Facebook, a Google… si estos son los que reciben los millones, si se acuerdan de ellos para invertir en sus medios, pues que cuando necesiten que alguien tome notas de sus declaraciones, que pidan a las redes sociales que envíen a sus periodistas. ¿No?
Este mismo argumento acabo de plantearlo, en el turno de ruegos y preguntas, en la Asamblea General de la AEEPP, donde se integran cientos de medios de toda España. Y es complicado, porque muchos digitales, los dinosaurios de siempre, esos sí tienen publicidad en las campañas, no como las redes, pero no creo que les interese iniciar una guerra para que los políticos, nuestros políticos, que cobran de nuestros impuestos, reaccionen y entiendan que el periodismo morirá si nos volcamos sólo a utilizar las redes sociales para informar. La labor del periodista que investiga, que contrasta y elabora noticias, que quizá incomoda al poder corre peligro de extinción. A lo mejor de eso se trata. ¿Verdad?