No es hora de lamentarse farisaicamente contra la extrema derecha. Si hemos estado fumando como carreteros, no podemos lamentarnos ahora del cáncer de pulmón que padecemos. La extrema derecha es una enfermedad de nuestra democracia y como tal tenemos que tratarla. Las enfermedades no se curan con lamentos, si somos nosotros los responsables de dicha enfermedad.
Hace muchos años, por no decir décadas, que los partidos políticos se han convertido en señores feudales de la integración europea. Los ciudadanos ni pintábamos ni pintamos actualmente nada en la Unión Europea (UE), y al parecer tampoco en democracia. Las instituciones europeas, eso que vulgarmente se llama Bruselas, han caído en manos de partidos políticos, y en lugar de controlar y fomentar el proceso integrador, se han dedicado, porque los partidos políticos no les han dejado hacer otra cosa que a ocultar la corrupción. ¿No había realmente posibilidad de controlar a qué se dedicaban las ayudas sociales al paro o a las ayudas a las infraestructuras? ¿Cómo se le ha podido obligar al conductor del autobús a que se tape los ojos?
La extrema derecha no ha surgido por casualidad y ha venido para quedarse. Hace ya mucho tiempo que se están tolerando los nacionalismos. Todo nacionalismo es también extrema derecha y dura, por muy color de rosa que se le quiera presentar. Claro que cuando se trata del nacionalismo de los Estados, lo llamamos ‘soberanía nacional’. Las desigualdades sociales no sólo se han reducido sino que han ido aumentando en toda Europa. Las desigualdades entre los diferentes países de la UE también. ¿Dónde está la solidaridad, que es uno de los principios fundamentales de la UE?
¿Y qué nos proponen para curar este mal endémico? Participar en las elecciones, es decir, cataplasmas. Pero si esto lo venimos haciendo hace tiempo. ¿Tienen acaso los partidos políticos un programa electoral sobre Europa? ¿Al menos una idea de lo que debe ser la UE? ¿Van a quitar al menos, todas las trabas para que otras fuerzas puedan presentarse realmente a las elecciones europeas? ¿Tendrán que esperar otros 20 años las listas transeuropeas?
No queremos lamentos. Eso que vosotros llamáis constructivo, es decir la extrema derecha, la habéis creado vosotros.