Recordemos que fue en 2010 cuando los ruidos que sufrieron los residentes en viviendas próximas a la Plaza de Toros de Moralzarzal, permitió a un juez de lo Contencioso Administrativo condenar a ese Ayuntamiento a pagar mil euros a cada uno de los vecinos En base a los hechos acaecidos en el municipio de Moralzarzal, año que denunciaron la tortura generada por los ruidos, desde el 23 al 29 de septiembre, y entre las doce de la noche y las ocho de la mañana.
Según ha podido saber El Faro del Guadarrama, los afectados de entonces, están a la espera de resolución de otros tres recursos que interpusieron en su día, debido a la crítica situación creada, igual que ha sucedido ahora en Collado Villalba durante las pasadas fiestas de San Antonio de Padua.
El magistrado de lo Contencioso Administrativo de Madrid, juzgado número 3, no estimó sin embargo la pretensión por entonces de los denunciantes de Moralzarzal para que el Ayuntamiento trasladase a otro lugar la celebración de estos eventos, pero si pidió el control del volumen de la música que reincidentemente supero el límite legal. Los afectados pidieron 10.500 euro por tener la música instalada en las casetas próximas a las viviendas, a 20 decibelios de potencia por encima del límite de 30. En horas nocturnas esta tortura duró desde el 23 al 29 de septiembre, entre las diez de la noche y las siete/ocho de la mañana, de forma ininterrumpida.
Ambos ayuntamientos hicieron caso omiso a las denuncias
Los afectados por los ruidos en las fiestas de San Antonio de Padua, patrón de Villalba Pueblo, están ahora a la espera, entre otros, de la resolución de los tres recursos que han interpuesto algunos vecinos de Moralzarzal al respecto, pues el Magistrado en su auto dice “que es normal que hasta las horas de terminación de la verbena los ciudadanos tengan que aguantar el ruido, pero no después”, En Villalba-Pueblo la música se prolongó hasta altas horas de la madrugada, mientras el ayuntamiento hacia oídos sordos, nunca mejor dicho, a las múltiples quejas de las familias afectadas. Esta actitud pasiva por parte del Ayuntamiento, que despilfarró carca de 200.000 euros en encierros de vaquillas y novilladas de bajo nivel, permitió que la música siguiera con niveles de sonido muy superiores a los tolerables para desesperación de los vecinos residentes en las inmediaciones de un presunto ferial.
Los afectados de estas tres urbanizaciones no están dispuesto a sufrir el mismo tormento los próximos años y por ello, tras recopilar las pruebas pertinentes (fotografías, mediciones de decibelios, vídeos, etc. están elaborando un dossier que piensan entregar a un bufete de abogados. para que sean los letrados los que presenten el contencioso en defensa de sus derechos como ciudadanos, derechos que han sido pisoteados y ninguneados por un gobierno prepotente, cuya alcaldesa, Mariola Vargas (PP), se negó a impedir el sufrimiento de varias decenas de familias abandonadas a su suerte (niños, enfermos y ancianos incluidos), lo mismo que le sucedió hace años a los vecinos de La Cerca, hasta que estos consiguieron desplazar el ferial y la fiesta de San Antonio a 500 metros de aquel también polémico emplazamiento”.
Al parecer, ahora, un grupo de vecinos de Collado Villalba quiere seguir los mismos posos en los tribunales, aportando la pertinente documentación avalada por cientos de firmas, documentos gráficos, información en prensa local y regional, además de mediciones de sonido que en algunos momentos superaron los 45 decibelios. El objetivo es sacar de entre las viviendas de estas tres recientes urbanizaciones residenciales el polémico ferial y la no menos polémica plaza de toros portátil, una cabezonería del Ejecutivo popular que le puede terminar costando muchos votos en las elecciones locales de mayo de 2019. Y no está precisamente el PP para ir regalando votos de esta manera.