“No es que las obras duren cuatro meses, porque no tienen ninguna dificultad técnica; es que entre el comienzo de las obras y su finalización hay tantos parones, interrupciones y retrasos que, naturalmente, han de transcurrir cuatro meses. En realidad, que los operarios estén haciendo algo es la excepción. Lo normal es que las obras estén paradas la mayor parte del tiempo. Mientras tanto, todo el barrio sufre las consecuencias. Cuatro meses durante los cuales las molestias y riesgos innecesarios que nos imponen a los vecinos son continuos: zanjas sin señalizar, acceso a los portales por pasarelas de madera inseguras; impedimentos y riesgos de circulación de peatones y vehículos, cortes de luz, ocupación de calzada, Estamos llegando a creer que quien dirige las obras, tiene el objetivo de aumentar al máximo en intensidad y duración los inconvenientes propios de la actuación urbanística. No entendemos como no se termina un tramo antes de empezar el siguiente en lugar de abrir todo a la vez para luego dejarlo abandonado durante semanas. Por supuesto que nos hemos quejado al Ayuntamiento a través del registro en repetidas ocasiones pero parece claro, y a las pruebas me remito, que las inquietudes de los vecinos carecen de interés para la Corporación Municipal. El Ayuntamiento va a lo suyo y le trae sin cuidado cualquier otra consideración. Procuraremos no olvidarlo el año que viene, cuando se convoquen elecciones"