Feria de San Isidro: sólo detalles en un tibio inicio sin grandes éxitos

Desde que comenzó la Feria de San Isidro de Madrid el pasado 10 de mayo y hasta el pasado miércoles en que cerramos esta sección el abono no había deparado grandes alegrías. En líneas generales el ganado no ha respondido y el balance artístico de los coletudos es pobre. Matías Tejela abrió la Puerta Grande el pasado miércoles. Cortó una oreja a a cada toro, aunque la conseguida en su segundo fue un bochorno, indigna de esta plaza. Otra generosa oreja fue para Javier Valverde, y hay que destacar también una bonita faena a cargo de Curro Díaz, malograda con el acero. Por último, una aguerrida faena de Robleño que le valió una vuelta al ruedo. Por otra parte, hay que lamentar la ausencia de Alejandro Talavante el pasado día 15. La afición le esperaba con verdadera ilusión, pero el percance que sufrió el pasado sábado en Valladolid le impidió acudir a esta gran cita. Para cerrar este comentario hay que decir que ha habido varios toros que no han sido aprovechados correctamente. Pero todavía queda mucha feria por delante.

El ciclo isidril se abrió el pasado 10 de mayo con la corrida de Martelilla, que no tuvo bravura y sí una nobleza tan fácil que en Madrid sirve de poco. Hubo un toro que sí embistió con ritmo y clase; fue el primero. Le tocó a Luis Miguel Encabo, quien le enjaretó un trasteo muy poco comprometido y sin terminar de apostar. Cuando un toro embiste en Madrid hay que cuajarle o la cosa se pone chunga. A Ferrera le tocó un lote muy soso y sólo pudo brillar en banderillas Lo mejor de la tarde lo protagonizó Fernando Cruz, que dejó los mejores momentos ante el tercero y que si anda más fino con la espada hubiera tocado pelo.

El viernes 11 se lidió un descastado encierro de Lagunajanda que aburrió y llevó la tarde al sopor y al aburrimiento. López Chaves, Eduardo Gallo y “El Capea” se estrellaron con esta descastada corrida.

Javier Valverde paseó la primera oreja del abono ante la seria y ofensiva corrida de Araúz de Robles lidiada el sábado. Valverde intentó exprimir las condiciones de un animal que se movió sin entregarse. Su firmeza, sus agallas y la buena estocada le valieron un trofeo que no tuvo el nivel de una plaza como esta. Con un lote inservible, dejó una gratísima impresión Juan Bautista, demostrando que es un torero recuperado. Por último, Iván García tuvo una tarde gris y poco resolutiva.

El domingo 13 se lidiaron cuatro toros de José Escolar y dos de Hernández Plá, difíciles y con muchos problemas a excepción del primero de Escolar, que humilló y tuvo temple. “El Fundi” no le aprovechó y el público tampoco le echó cuentas. José Ignacio Ramos sorteó uno de Hernández Plá, bravo en varas pero sin un pase en la muleta, y Fernando Robleño fue todo corazón y coraje con un lote de enfermería. Con el sexto le echó redaños y dio una vuelta al ruedo de ley.

El día de San Isidro, el pasado martes, se lidió un serio lote de Núñez del Cubillo, con dos toros buenos: tercero y cuarto. Con el primero no se las entendió “El Capea”, que tuvo más deseos que acierto. Curro Díaz hilvanó una faena muy bonita, con dos tandas sobre la derecha excepcionales, pero luego no fue capaz de mantener el mismo nivel. Dejó detalles, pero a la faena le faltó cierta unidad para que aquello reventara. De todas formas, hubiera cortado una oreja de peso si no maneja la espada de forma tan insegura y fea.

Por su parte, Morante de la Puebla dejó detalles del gran torero que es en un quite y algún muletazo muy suelto. Poco para lo que se espera.

El miércoles, Matías Tejela abrió la Puerta Grande de manera bochornosa. La oreja que cortó a su primero fue merecida. Entendió bien a un toro noble y sin gas de Salvador Domecq, consiguiendo tres tandas sobre la mano derecha de buen toreo y con mucho asentamiento. Otro cantar fue la del sexto, un toro con transmisión y alegría de Pereda al que realizó una labor muy irregular, acelerada y sin acople. La oreja fue una pasada. El resto de la corrida apenas tuvo historia. César Jiménez y Serafín Marín se estrellaron con dos lotes infumables.