Es una de las estrategias más efectivas para disminuir la tensión emocional que implica pasar por el quirófano
El Hospital General de Villalba facilita que los padres puedan acompañar a sus hijos menores al quirófano durante la inducción anestésica
domingo 29 de octubre de 2017, 23:11h
Uno de los momentos más tensos emocionalmente para los niños que van a someterse a una intervención quirúrgica es el de la separación de sus padres. Conscientes de esta realidad, el Servicio de Cirugía Pediátrica y de Anestesiología del Hospital General de Villalba, perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, ha puesto en marcha un proceso de humanización que tiene por objetivo disminuir la tensión emocional que supone para los niños quedarse en manos de los profesionales sanitarios antes de dirigirse al quirófano para someterse a una operación. Desde su inicio, en marzo de este año, los más de cien niños menores de 10 años que han tenido que pasar por quirófano han estado acompañados de sus padres, lo que pone de manifiesto el éxito y la buena acogida de esta medida.
Esta iniciativa se enmarca dentro del Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria impulsado por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, cuyo objetivo es promover actuaciones que garanticen un trato más cercano con el paciente a través de la personalización de la atención y a lo largo de todo el proceso asistencial.
Existen evidencias de que dichos momentos producen en los menores terrores nocturnos, pesadillas y alteraciones de comportamiento. El acompañamiento al menor en el acceso al quirófano y mientras dure la inducción anestésica, con el objetivo de que el proceso resulte lo más confortable posible para él, es una de las estrategias más efectivas, sin efectos secundarios ni riesgos.
Aprovechando que la inducción anestésica pediátrica suele realizarse con gas (Sevoflurano en la actualidad), “el padre o la madre colocan la mascarilla facial con los gases suministrados por el anestesista hasta el momento en el que el niño comienza a dormirse. En ese instante, el progenitor es acompañado al exterior del quirófano hasta el área de espera de los familiares donde permanecerá hasta que finalice la intervención y vuelva a acompañar al niño durante su recuperación en Reanimación o bien, si la operación se prevé de muy corta duración, al box donde se desarrollará el postoperatorio”, explica el doctor José Luis Gracia Martínez, Jefe de Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital General de Villalba.
Este proyecto contribuye “a mejorar la percepción del proceso quirúrgico al que se someten los niños tanto por estos como por sus padres. Existen trabajos que demuestran los beneficios de esta práctica sobre el postoperatorio. Es frecuente que en la consulta previa, prosigue el doctor, “se nos solicite dicho acceso porque transmite confianza en el proceso y supone una mayor tranquilidad a los padres”, añade el doctor Ricardo Díez García.
Los padres que decidan acompañar a su hijo durante la inducción anestésica deberán firmar el consentimiento informado de entrada a quirófano en la consulta de Preanestesia donde se detallan una serie de medidas que deben cumplir para garantizar la seguridad del paciente y facilitar la labor de los profesionales implicados.