La denunciante del ‘chanchullo urbanístico’ de la calle Santa Rosa 15 y 15 bis de San Lorenzo de El Escorial, Rosa Andradas, amenazada en muchas ocasiones de muerte, denunciada sin pruebas y hasta condenada por tribunales por el único delito de decir lo que estaba sucediendo en los entresijos del urbanismo sanlorentino, y concretamente en su caso particular donde siempre ha aportado los datos que probaban sus denuncias. Pero aquellos eran otros tiempos en los que solía imponerse el ordeno y mando. Eran los políticos y el poder económico los que ‘cortaban el bacalao’, al menos así fue en el caso de Santa Rosa 15 y 15 bis, protagonizado por la banca y las grandes constructoras afincadas en nuestra Comunidad y en el caso que nos ocupa, en el Resal Sitio de San Lorenzo de El Escorial.
Las actuaciones de los poderes fácticos
“Me han intentad hacer la vida imposible. Buscaban cómplices para acabar conmigo. Han destrozado mi salud, me han puesto infinidad de denuncias gravísimas, falsas, con testigos falsos. He sido juzgada y condenada sin pruebas, por delitos que no he cometido. Incluso el jefe por entonces del puesto de la Guardia Civil de San Lorenzo de El Escorial, un alférez, me engañó diciéndome que si le permitía entrar en mi casa para echar un vistazo y protegerme, puesto que “tenía varias amenazas de muerte. Yo le permití la entrada y cuando volví a casa y ví lo que habían hecho, casi me da un infarto, porque me habían hecho un registro en toda regla. Me habían vaciado armarios, muebles, habían tirado los colchones al suelo y otros enseres. El alférez y su chofer habían hecho barbaridades en mi casa. Después, cuando salía a la calle me seguían. Si iba a una tienda se ponían dentro de su coche delante del escaparate más grande, sin mover el coche para que supiera que me vigilaban, y así un día, y otro. Y al siguiente me hacían bajar al cuartel un día sí y otro también “para manifestar” y siempre me amenazaban con el calabozo “que tenían para mí”.
“Ha sido todo tan terrible, prosigue su relato Andradas, qué decir todo lo que me han hecho sufrir durante quince años nos llevaría muchos días. También algunos policías municipales se dedicaban a hacerme la vida imposible cuando estaba en mi tienda. Me pedían documentos, me prohibían sentarme en la puerta de mi establecimiento, venían a buscarme para llevarme en el coche policial a las dependencias municipales para, por ejemplo, responder por qué había insultado a la vecina de encima de mi local, a la que yo ni siquiera conocía. Y muchas cosas más. Un día me pusieron una multa de 90 euros porque decían que en un espacio para dos coches lo estaba ocupando sólo yo con el mío. Y esto lo hicieron ante un montón de testigos que no daban crédito al ver que había otro coche aparcado, Y lo hacían con toda la impunidad. Con todas las ‘pruebas’, fotografías, ticket ORA de mi coche. Presenté todas las pruebas y el policía informante de la denuncia me grita, me amenaza, me asusta y el Ayuntamiento se niega a admitir mis pruebas
Económicamente estoy arruinada y el miedo me paraliza
Rosa Andradas, la verdadera protagonista de la paralización del ‘enjuague’ urbanístico de Santa Rosa 15 y 15 bis de San Lorenzo de El Escorial, ha confesado que “Económicamente estoy arruinada. Me han cerrado todos los grifos de ingresos económicos. Cuando hay alguna persona interesada en alquilar mis locales comerciales le quitan las ideas. Tengo las grabaciones de ello. Una tienda de muebles está cerrada. Y lo más preocupante de todo esto es que esta situación me da pánico y ataques de ansiedad porque el miedo me paraliza ya que me pueden matar con toda la facilidad y sin dejar rastro. En mi casa por las noches no duermo. Estoy en la más absoluta indefensión y en el más absoluto desamparo. Fijaros lo terrible que es cuando una persona se siente acosada por otra. A mí me acosan desde hace tiempo muchos y con muchísimo poder. Es más, las leyes de este país protegen a los acosados poniendo a los acosadores órdenes de alojamiento. Incluso los meten en la cárcel. A mi familia y a mí, no nos protege nadie, sino todo lo contrario”. Y Rosa concluye: “Cuando un Ayuntamiento, una constructora y un banco, son conniventes, estás perdido. Luchas contra el poder político y contra el poder económico. Utilizan todo tipo de artimañas para cumplir las sentencias judiciales y para que parezcan que las cumplen. El Ayuntamiento requiere, en este caso eran dos: la constructora e Ibercaja… el banco dice: “cumplo y pido licencias”; la constructora dice: “lo recurro”. Total el ‘truco del almendruco’. Todos conniventes. Todos en el mismo barco. Si el barco se hunde todos se ahogan. Por lo tanto, todos a una como Funeteovejuna. La lucha contra la corrupción urbanística es muy dura, muy lenta y muy peligrosa (lo dice quien lleva varia décadas denunciándolo), pero cuando se obtienen resultados no hay nada que sea tan gratificante. En San Lorenzo de El Escorial somos muchos los que nos preguntamos: “¿Por qué nadie ha abierto una investigación para saber qué está pasando en urbanismo, en el Ayuntamiento de San Lorenzo desde hace más de 15 años hasta hora? ¿Será porque quienes pueden hacerlo tienen intereses urbanísticos y económicos en juego en este municipio?
Y referente a la corrupción urbanística política pienso que no existiría si políticos con poder no fueran también corruptos. Si no hubiera jueces y fiscales corruptos. Si no hubiera asesores corruptos, si no hubiera abogados, arquitectos e ingenieros corruptos. Ni hubiera policías y guardias civiles corruptos y si tampoco hubiera notarios y registradores de la propiedad corruptos. Todos ellos juegan un papel importante cuando se trata de temas urbanísticos ilegales”.