OPINION
Ideología y cordura
Por: Frascuelo
sábado 13 de mayo de 2017, 13:02h
Lamentablemente en nuestro país suele ocurrir que algunas formaciones políticas no quieran negociar con terceros al considerar que son como ‘el agua y el aceite’, algo que en democracia resulta un tanto preocupante ya que con este tipo de planteamientos, lo único que consigue es rechazar algo tan fundamental como es el diálogo, perjudicando con ello los intereses de sus propios representados. Y esto es lo que está sucediendo, al menos desde hace cuatro o cinco meses, en Moralzarzal donde ‘MeC’ y Vecinos por Moralzarzal Participa! andan a la greña, mientras PSOE (o lo que queda de este partido) y PP, que curiosamente suman mayoría absoluta, se mantienen como ‘convidados de piedra’ en una guerra que enfrenta a los que han sido socios de gobierno hasta finales de 2017, unas relaciones de amor y odio, que han terminado por salpicar a populares y socialistas, poniendo con ello en evidencia la lucha de intereses personales y políticos entre las citadas formaciones locales, unos por no perder la alcaldía, otros por sentirse engañados por su ‘socio’ e incluso, como sucede en el PSOE, por el interés de su portavoz municipal en mantener un sueldo que empezó en 30.000 euros anuales, pero que gracias a todos estos jaleos, puede terminar superando los 40.000.
De ahí, el cansancio y el hartazgo que muestran los vecinos de nuestro pueblo ante la egolatría y la falta de diálogo de nuestra ‘clase política’, algo que resulta incomprensible para el ciudadano de a pie.
La ruptura entre ‘MeC’ y ‘VMP me recuerda mucho a esas historias de parejas que se amaban apasionadamente y, de pronto, no pueden verse ni en pintura, convirtiéndose de la noche a la mañana en enemigos acérrimos. En estos casos suele decirse que el odio surge cuando una de las partes se siente incomprendida, engañada o traicionada, lo que hace que la gota de la paciencia haga rebosar el vaso del veneno acumulado por continuas infidelidades.
Me temo que este juego político de ‘amor y odio’ no va a terminar precisamente bien. De momento ya hay una víctima a tantos ‘amores y desamores: y ese es el pueblo de Moralzarzal.