En el Pleno que celebrará el Ayuntamiento de Torrelodones el próximo 17 de enero, el grupo municipal socialista va a presentar una moción para pedir que se constituya una comisión de trabajo cuyo objetivo debe ser recuperar el ‘Canto del Pico’, uno de los monumentos singulares y emblema de este municipio y que desde hace años viene sufriendo un deterioro progresivo, sobre todo, desde que en el año 1998 sufrió un incendio que afectó a parte de su cubierta.
El estado de abandono en el que se encuentra este palacete es la consecuencia de los sucesivos actos vandálicos a los que se ha visto sometido, sobre todo, su zona interior, donde se han producido algunos conatos de incendio, el último de ellos hace poco más de un mes; pintadas, rotura de cristales, etc. Y todo ello pese a estar declarado como Bien de Interés Cultural, y aun así, ni la Comunidad de Madrid, ni el propio Ayuntamiento de Torrelodones han mostrado interés alguno en su conservación y posterior rehabilitación, según recoge ‘La Voz de Torrelodones y Hoyo’
Este palacete fue construido en 1920, como casa museo para albergar la colección de arte de José María del Palacio, Conde de Las Almenas. Precisamente desde él se dirigió la batalla de Brunete durante la contienda nacional en 1936 y en su interior falleció el político español, Antonio Maura (13 de diciembre de 1925, al caer por las escaleras, se cree que tras sufrir un infarto de miocardio.
Un palacete para políticos
Posteriormente, durante la guerra civil, el ‘Canto del Pico’ fue cuartel de las fuerzas republicanas y residencia de Indalecio Prieto, uno de los líderes socialistas del momento y que durante la II República fue presidente del Consejo de Ministros.
Donado posteriormente a la familia del que fuera Jefe del Estado, Francisco Franco, este lo utilizaría en visitas esporádicas. De lo que sí hay constancia es de que una de las casas que hay a la entrada del palacete, así lo recogía Vozpopuli, fue utilizada por la marqués de Villaverde y el doctor Martínez Bordiú para pasar su noche de bodas. También se comenta que Jimmy Jiménez Arnau y una de las nietas de Franco, también vivieron en esa casa cercana a la entrada de la finca, que está rodeada de peñas.
Al morir Franco, la familia se llevó todos los objetos que había acumulado el dictador y vendió el inmueble a su actual propietario. Algunas personas que conocen esta finca dicen que Franco pasó las últimas semanas antes de caer enfermo entre sus peñas y bosques, en una de las fincas más espectaculares de la región.
La familia de Franco se lo vendería años más tarde al hermano de Francisco Oyamburu, quien fuera párroco de Torrelodones, que entre sus objetivo tenía convertir este edificio histórico en un hotel de lujo, proyecto que nunca se consumó, al parecer por la negativa del Ayuntamiento a dar licencia al respecto.
Ahora el PSOE de Torrelodones demandará la creación de una comisión informativa para que “estudie la situación” de esta finca y plantee las soluciones más adecuadas para garantizar su rehabilitación y conservación”.
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