¿Más sanciones, menos accidentes?

En los últimos tiempos, como respuesta a diversas sentencias judiciales y quejas de asociaciones automovilistas, Tráfico formuló el concepto de “sanción con carácter disuasorio”, basándose en la premisa “a más sanciones, menos accidentes”, idea que para los automovilistas no pasa de ser “sanciones con carácter recaudatorio”, siendo aquí donde radica, a mi entender, el fracaso de las campañas de la DGT, y es que el sancionado no asocia la sanción como medio para prevenir un accidente potencial, ya que gran parte de las multas se suelen producir en situaciones que el conductor no identifica o realmente no constituyen actos de imprudencia potencialmente peligrosos para la seguridad vial, dado que no dejan de ser meras infracciones.

De esta forma, las estrategias de prevención basadas en sanciones disuasorias y no preventivas o meramente encaminadas a perseguir infracciones fácilmente sancionables con la consiguiente inversión de recursos humanos y técnicos, y no a perseguir imprudencias en el momento de ser cometidas o reforzar adecuadamente los conocidos y peligrosos “puntos negros”, crean en el conductor un sentimiento de víctima, cuando debería ser justo al contrario, o lo que es lo mismo, de verdugo.