HISTORIA DE LA SIERRA DE GUADARRAMA
Collado Villalba: una década en la élite del baloncesto (I)
Los patrocinadores, Bancobao, BBV y Atlético Madrid-Villalba permitieron alargar un suelo imposible
El Club Baloncesto Collado Villalba tuvo diversas denominaciones durante los años en los que militó en ACB, máxima categoría del baloncesto español. Primero fue conocido por ‘Bancobao’ Collado Villalba al ser su patrocinador el Banco de Bilbao; después pasó a denominarse ‘BBV’ Collado Villalba, tras la fusión del Banco de Bilbao con el Banco de Vizcaya y, finalmente, llevó el nombre del Atlético de Madrid-Villalba tras el acuerdo firmada por el entidad serrana con el club madrileño, por entonces presidido por Jesús Gil y Gil, club que fue precisamente fue el que ascendió a la máxima categoría del baloncesto nacional.
Gracias a todo este periplo, Collado Villalba, en la década de los años 80-90, con poco más de 20.000 habitantes pudo codearse en la Liga ACB con la élite del basket nacional (Real Madrid, Barcelona, Estudiantes, Juventud de Badalona, Cai Zaragoza...) Y todo esto se debió a que, el por entonces alcalde del Collado Villalba, Carlos Julio López Jiménez (PSOE), consiguió que el Ayuntamiento, previo pago de poco más de 10.000 pesetas, adquiriese los derechos de la ACB que el equipo rojiblanco acababa de conseguir esa misma temporada. Los problemas económicos por los que pasaba la sección de baloncesto del At. de Madrid y la habilidad del por el entonces regidor villalbino a la hora de cerrar la compra, facilitó la operación.
Sin medios económicos, sin infraestructuras, sin patrocinio, sin cantera y con un polideportivo con capacidad para apenas 500 espectadores, se construyó de prisa y corriendo, bajo la dirección técnica del entrenador Fernando Ayuso, un equipo basado en Orenga (cedido por el Real Madrid), Juan Ramón Marrero y algún otro jugador procedente de categorías inferiores que, junto a los americanos Ben McDonald y Leonard Mitchell, decidieron afrontar la liga ACB.
El debut se produjo el 23 de septiembre de 1984, ante el Caja de Ronda de Málaga en un pabellón municipal lleno hasta la bandera y en el que gracias a las gradas y sillas supletorias se acomodaron apenas un millar de espectadores. El resultado final fue muy ajustado (82-83) a favor del cuadro malagueño. En esta primera fase de la competición, el equipo de la Sierra, sólo alcanzó dos triunfos en casa y fue contra el Licor 43 y El Español, quedando clasificado el último del grupo impar. En la segunda fase, tampoco mejoraron los resultados al conseguir solo dos victorias, lo que obligó al cuadro villalbino a jugarse la permanencia en los playoffs. El rival fue Cajamadrid, que venía de disputar la Copa Korac. El C.B. Collado Villalba terminó forzando un tercer partido tras ganar el primer encuentro en el pabellón municipal, perdiendo el tercero y definitivo en Alcalá de Henares por 104-77, provocando con ello el descenso a Primera B.
Patrocinio del Banco de Bilbao
Tras un año de transición, el cuadro villalbino se convirtió en uno de los equipos más potentes de Primera B. El patrocinio del Banco de Bilbao, por un lado, y el apoyo del villalbino, Pedro Antonio Martín Marín, por el otro, por entonces secretario general de Madrid por UCD, asesor del presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo y a la vez, directivo del Real Madrid,, permitió la llegada de jugadores de la sección de baloncesto del conjunto blanco, caso de Luis M. Prada o el junior, Juan Carlos Barros. También fueron fichados esa temporada Gaztañaga y Sau (procedentes de Cajamadrid) y Guillermo Hernán Gómez . También fue contratada la pareja de americanos formada por Floyd Allen y Dan Cadwell, este último procedente de Caja de Ronda. El equipo se mantuvo en la cabeza de la clasificación toda la liga para poder retornar a la ACB, que esta misma temporada había reducido de tres a dos las plazas de ascenso, una sería para el campeón y la segunda a disputar en los playoff. Tras derrotar a Cajamadrid, el cuadro villalbino cayó contra Elosua de León frustrándose así el ascenso. Pero roto el consenso por parte de Cajamadrid, que acordaba que la segunda plaza de ascenso le correspondía al segundo clasificado, el equipo villalbino se adelantó y dado que el acuerdo de buenas intenciones había quedado roto, regresó a la liga ACB sin tener que afrontar los temidos playoffs.
En su regreso a la máxima categoría nacional la plantilla fue totalmente renovada. Así, del Real Madrid llegaron el veterano Rullán, al que lamentablemente una lesión de tobillo le redujo su estancia en la Sierra a unos pocos meses; también fue fichado Ruiz Paz y el Estudiantes le cedía a Abel Antón y a Alberto Sanz que completaron el cartel nacional junto con Goroño. Los americanos también eran nuevos: Rory White, máximo anotador esa temporada y el pívot Wilfred King, conocido más por su irregularidad en la cancha y afición, por la vida nocturna que por su actividad deportiva.
El retorno a la ACB fue inicialmente bastante decepcionante al conseguir solo dos victoria en el grupo impar, que produjeron en Badalona contra el potente Juventud y en Collado Villalba, ante El Español. La noticia tras la decisión tomada por entonces, por la ACB, de ampliar la liga de 16 a 24 equipos permitió a los villalbinos vivir el resto del torneo sin apenas angustias ya que sabían que no había ninguna posibilidad de perder la categoría.
Asentamiento en la ACB
Con el patrocinio cerrado con el BBV (Banco Bilbao-Vizcaya) y con una base nacional bastante sólida en una plantilla dirigida por Pablo Casado, el equipo obtuvo una importante solidez. Y esta vino de la mano de los Barros, Ruíz Paz, Marrero y Goroño que formaban núcleo duro que actuaba de nexo con los americanos, Lance Berwald, un pívot que disfrutó de una buena trayectoria en la ACB y Schlegel, alero de buena muñeca que consumó su carrera deportiva en España. La llegada de jugadores como Carlos Gil, Rementería o Mikel Cuadra y algún otro jugador, permitió reforzar el banquillo. A partir de ese momento el pabellón municipal dejó de ser una bicoca para los rivales, de ahí que equipos como CAI Zaragoza, Estudiantes y Taugres Victoria salieran derrotados de la cancha villalbina (por entonces ya de parquet), mientras otros conjuntos como Barcelona y Juventud, ganaron después de sufrir bastante y el Real Madrid tuvo que sudar la gota gorda para batir a los villalbinos en la prórroga del encuentro jugador en el Pabellón de Deportes del Real Madrid.
El CB Collado Villalba salvó cómodamente la categoría en las dos siguientes temporadas (edad de oro del baloncesto serrano), donde el equipo local llegaría incluso a jugar un playoff de clasificación, cuyo premio era jugar la próxima temporada en el grupo I, objetivo que consiguieron los villalbinos tras derrotar al Magia de Huesca
At. Madrid en vez del BBV
Nada más terminar la temporada 1989/1990, la entidad Bilbao-Vizcaya anunció la finalización del patrocinio del club serrano. Una noticia más que preocupante para los dirigentes del club serrano pues con ello el equipo se quedaba sin soporte económico. El futuro se presentaba muy negro y el club se acercaba al precipicio de su desaparición que nadie deseaba. Y fue precisamente ahí cuando se cruzó por medio Jesús Gil y Gil, presidente por entonces del At. de Madrid, con una oferta que permitiría la continuidad del equipo villalbino en la ACB a cambio de pasar a llamarse ‘At. Madrid-Villaba’, bajo el auspicio del club del Manzanares. La llegada del club rojiblanco añadía un toque de morbo a la competición al poder vender bien los mediáticos derbis con Real Madrid, Barcelona y Estudiantes.
Gil estaba dispuesto a que su llegado al club de la sierra fuera lo más mediática posible. Pero eso y otras cosas más sobre el club villalbino se las contaremos mañana, en la segunda entrega relacionada con la historia del baloncesto de élite en la Sierra del Guadarrama.