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Presente y futuro del turismo en San Lorenzo, una realidad que demanda el esfuerzo de todos los actores implicados

viernes 31 de julio de 2015, 00:38h
El cierre del museo de pintura y arquitectura del Monasterio, así como de la zona del Palacio de los Borbones, ha generado en los últimos días un aluvión de críticas, al considerar que se está mutilando una parte importante de la visita. Mientras, desde Patrimonio Nacional argumentan que se trata de reordenar la misma, focalizando el interés en la etapa histórica de los Austrias, además de que se va a proceder a la restauración de distintas obras, como ha ocurrido con el recientemente recuperado Calvario de Van der Weyden, que desde el pasado lunes 14 se puede contemplar en las Salas de Honores. Además, remarcaban, la visita incluye ahora la posibilidad de ver desde el claustro el Patio de los Evangelistas, una de las joyas del conjunto monumental escurialense. Los diferentes criterios existentes obligan a pronunciarse con prudencia, aunque con una idea muy clara: de ningún modo se puede ver mermado el contenido de la visita al Monasterio. Por el contrario, si algo hay que hacer, como ocurrió el verano pasado con la exposición Arte y Maravilla en El Escorial (y ahora con El Calvario), es añadir puntos de interés que contribuyan a realzar su atractivo, al tiempo que se ponen en marcha otras actividades culturales, como los conciertos del ciclo Música en los Reales Sitios. Sólo así se podrán mejorar las cifras en el que es el segundo monumento más visitado de Patrimonio Nacional, superado sólo por el Palacio Real de Madrid. De ello dependerá también el impulso a la actividad turística y económica en San Lorenzo, que en las últimas semanas ha sufrido un importante revés con el cierre de dos de sus hoteles más emblemáticos, los históricos Miranda Suizo y Victoria Palace.

Es fundamental que todos los grupos políticos sin excepción vayan de la mano en este tema, defendiendo el interés general de los vecinos y consiguiendo la implicación de todos los sectores de la población. El Monasterio es la gran joya de San Lorenzo de El Escorial -sin olvidar el Valle de los Caídos, al que también habría que dar un espaldarazo para remontar la caída de visitantes del último año-, pero no se puede pretender vivir de las rentas, ni tampoco caer en una peligrosa pasividad, sino que hay que actuar para que sea un monumento vivo, explotando todo su potencial, algo que desgraciadamente no siempre ha ocurrido. Nadie duda de que el turismo es uno de los grandes motores de la economía sanlorentina, y por eso mismo es imprescindible pelear para ofrecer una oferta amplia, variada y en expansión, aprovechando todas las posibilidades que San Lorenzo ofrece en cuanto a patrimonio histórico, cultura y entorno natural. De ello dependerá en buena medida el desarrollo de la localidad.
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