El PP debe diferenciarse de Ciudadanos

Y esto, supongo, se debe a que a día de hoy, Rajoy considera que ha adquirido méritos más que suficientes para obtener, tanto en las próximas elecciones municipales-autonómicas (24-M) como en las generales (noviembre), un nuevo y soberado respaldo electoral tras evitar el Ejecutivo que preside la quiebra de nuestro país y el rescate. Si a todo esto unimos que pese a los ajustes se ha empezado a crear empleo y una recuperación económica que ya es reconocida y aplaudida internacionalmente. ¿Y, acaso esto, se preguntará el presidente, no son motivos suficientes para abordar con cierto optimismo las próximas elecciones? A la vista de los sucedido en los comicios andaluces, no. Salvando distancias y comparaciones muchas veces el pueblo da la espalda a sus gobernantes incluso en situaciones difícilmente explicables, como ocurrió con el británico Winston Churchill, considerado en su momento como un gran líder político en tiempos de guerra, pero incapaz de ganar las elecciones de su país cuando llegó la paz .

Es obvio que ante la próxima cita electoral de finales de mayo, algunos dirigentes populares no puedan disimular siquiera la sensación de estar bastante preocupados. Barones y baronesas del PP que tienen la necesidad de revalidar mandato en sus comunidades autónomas y, muchos alcaldes de grandes ciudades, teman por su futuro y de ahí que hayan empezado a pedir cambios. ¿Qué cambios? Imagino que los que hagan falta. Se habla de nuevas estrategias, de renovados impulsos legislativos y hasta de nuevas caras capaces de transmitir otra imagen, porque lo fácil es decir que se hacen bien las cosas pero esto no lo percibe la ciudadanía. Falla la comunicación, pero la acción de Gobierno es comunicar y quien manda en el Gobierno, en el PP y en su comunicación es Mariano Rajoy. Cierto es que ha aceptado que se han podido producir errores y que habrá que corregir lo que no funcione. Manos a la obra se ha puesto el ministro Alfonso Alonso al rectificar la política de atención sanitaria a los inmigrantes y calificar como una equivocación que desde dentro de su partido se hubiera despreciado al adversario, en referencia a las desconsideraciones que sufrió Ciudadanos por parte de destacados correligionarios. El temor del PP se centra en que la formación de Albert Rivera crezca y ocupe gran parte de su espacio político. Y eso mismo le pasa al PSOE con respecto a Podemos.

La clave para el Partido Popular ahora es que sea capaz de diferenciarse de Ciudadanos.