Ni de charanga, ni de pandereta
A. Bermúdez
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Últimamente oigo a mucha gente decir que España es un país de pandereta, y la verdad es que a veces, viendo lo que ocurre, puedes caer en la tentación de decir que sí, que somos “un país de pandereta”. Si no me equivoco quien acuñó esta expresión fue Antonio Machado, miembro de la generación del 98, que en una de sus poesías utilizó esta frase: “España es de charanga y pandereta”. Machado consideraba que España era, por un lado, un país volcado en la fiesta, en la picardía y en la falta de seriedad, y por el otro, un país triste, de espíritu quieto, que ora y bosteza.
Pero la España que veía Machado era la anterior a 1939. ¿Y ahora? ¿Somos un país de pandereta? Dicen que las personas no cambian y que de mayor se tienen las mismas virtudes y defectos que de joven. Sinceramente no creo que esto sea así; no creo que las personas o las sociedades estemos totalmente predispuestos por nuestros genes o por nuestra idiosincrasia. Sí se puede cambiar, lo que no quiere decir que para hacerlo no haya que luchar y que lleve su tiempo. Y esto es lo que ocurre en España. Nuestro país fue fundamentalmente, una España de “charanga y pandereta”, pero desde hace unas cuantas décadas se está luchando para que esto deje de ser así, lo que ocurre es que, ahora mismo, conviven el espíritu de la charanga con la decisión de hacer una sociedad seria y eficaz.
Es de pandereta, por ejemplo, que los consejeros de Cajamadrid tuviesen unas tarjetas para sus gastos racionales y las utilizasen para todo menos para lo que debía ser su uso adecuado. Pero sin embargo es seria y eficaz la actuación de los Ministerios de Economía y Hacienda que han descubierto el ‘pastel’ y les han enviado a la Agencia Tributaria y esta, a los juzgados. Son de pandereta los casos de corrupción política que se han descubierto últimamente y sin embargo es propio de un país avanzado la lucha judicial y sin cuartel que se sigue contra los mismos. ¿Y qué me dicen del ébola? Si loable ha sido traer a los dos misioneros desde África, es de pandereta lo que ha hecho el Ministerio de Sanidad con la forma de tratar a la auxiliar de enfermería contagiada. No me cabe duda que España se ha embarcado en la lucha para acabar con esa tendencia nacional y poco a poco se irá logrando, porque la corrupción y la ineficacia tienen cada vez menos adeptos y simpatizantes.