El alcalde de Galapagar asegura que el “apoyo económico a las familias” será su prioridad los próximos meses

Reducir la presión fiscal
Por otra parte, Pérez Muñoz indicó que “la mayor ayuda para una familia es la bajada de impuestos”, lo que en el caso de Galapagar se concreta en una rebaja del 20 por ciento en la tasa de basuras (“ya lo he podido comprobar en mi recibo”, apostilló), además de otros descensos en el ICIO, tasas urbanísticas o IAE. En 2015, prosiguió, el Impuesto de Vehículos “bajará hasta un 30 por ciento” y habrá una bonificación del 5 por ciento para quienes tengan el IBI domiciliado. “Y si soy alcalde después de las próximas elecciones, bajaremos el tipo del Impuesto de Bienes Inmuebles en 2016, una vez que ya no los permita la ley, puesto que ahora no podemos hacerlo”, manifestó.

El segundo pilar e su acción de gobierno, afirmó, pasa por “escuchar a los vecinos”, con múltiples encuentros como los que se han venido desarrollando en los últimos meses. “Palpamos la calle, porque hay que escuchar para poder gobernar bien. Estamos haciendo grandes proyectos, pero al vecino muchas veces lo que más le preocupa es el bache de su calle, la limpieza, etc., y eso también nos vamos a dedicar”, explicó. Así, se pondrá en marcha un plan de asfaltado en más de 30 calles, con unos 800.000 euros de inversión.

Además, la creación de nuevas zonas infantiles y deportivas, la construcción de una piscina municipal de verano o la recepción del alumbrado de las urbanizaciones también forman parte de esta política a pie de calle. Como ejemplo, adelantó que se aumentará de forma considerable la partida destinada al mantenimiento viario, hasta llegar a 1 millón de euros, y se implantará el servicio de Línea Verde para canalizar las quejas e incidencias que hagan llegar los galapagueños.

Por último, el alcalde hizo referencia a los proyectos vinculados a lo que denomina el “nuevo Galapagar”. “Los vecinos requieren servicios e instalaciones acordes a lo que necesitan, porque eso significa también calidad de vida”, señaló. Así, aseguró que aunque “se está retrasando por cuestiones burocráticas”, la previsión es que a principios de 2015 pueda empezar la reforma interior del Centro Cívico para crear allí una nueva biblioteca municipal con más de 2.000 metros cuadrados.

También se pondrá en marcha la mejora del parque del Toril y continuarán los trabajos de construcción de un nuevo edificio administrativo y una superficie comercial en la zona del antiguo Centro de Salud de la calle de Guadarrama. Un proyecto, detalló, que “garantiza unos ingresos de 7 millones de euros los próximos años, mientras que el coste será de unos 3 millones, además de que aumentamos el patrimonio de Galapagar”. Las obras, dijo, están avanzando “bastante rápido”, por lo que si continúa este ritmo podrían estar terminadas “en mayo o junio del próximo año”.

Con la vista puesta en las elecciones
A ocho meses de las elecciones municipales, y tras el importante retroceso sufrido por los dos grandes partidos, PP y PSOE, en las europeas de junio, el alcalde de Galapagar, Daniel Pérez, dijo que los resultados “no son extrapolables”, si bien manifestó su “preocupación” ante la irrupción de “un movimiento revolucionario que pretende llegar al poder para destruir nuestro propio sistema democrático; y no lo digo yo, sino él”, enfatizó el regidor en referencia al líder de Podemos, Pablo Iglesias. “Me preocupa que estén utilizando la situación desesperada de mucha gente para hacer una política bolivariana-marxista-comunista”.

Gente moderada
Ante esta situación, el primer edil galapagueño y presidente del PP local pidió a los vecinos que “confíen” en su partido. “Somos gente moderada, razonable y con sentido común”, añadió, argumentando que su mejor aval es lo realizado, pese a las muchas dificultades derivadas de la crisis, en estos años al frente del Ayuntamiento.

Además, aseguró que de otra manera podría reeditarse un gobierno “tripartito o cuatripartito”, cuyas consecuencias, dijo, son bien conocidas: “Un Consistorio en quiebra y 9 millones de euros de deuda en 16 meses”. “Espero que mis vecinos no quieran apuntarse a esas aventuras”, concluyó.