Histórica tarde en Navacerrada con éxitos de Varea y Martín Escudero

El cuarto novillo, de nombre Baratillo, número 74, fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre después de una insistencia petición de indulto. Este utrero tuvo la suerte de encontrarse con Martín Escudero, que tuvo una actuación cumbre y cuajó a este ejemplar de la vacada de su tío una faena antológica. Difícil torear mejor, con más pureza y con tanto valor en series muy profundas y templadas sobre ambas manos. La plaza se puso en pie en varias fases. A pesar de fallar con el descabello, las dos orejas fueron un justo premio para tan maravillosa obra. Con su primero, lo entendió muy bien, dándole los tiempos y las pausas precisas ante un ejemplar de Adolfo que mantuvo el interés. Cortó la primera oreja.

El otro gran triunfador de la tarde fue Varea, que se entretuvo en cortar otras tres orejas y en acompañar a Martín Escudero en la puerta grande junto al mayoral de la ganadería de Galapagar. La dimensión ofrecida por el torero de Castellón fue muy importante. A su primero, un adolfo con un pitón izquierdo impresionante y que hacia surcos en la arena con el morro, lo toreó con temple, largura y muy despacio en series de gran trascendencia. También puso valor por el derecho y destacó en los adornos finales, todo adobado con una gran torería. Mató con eficacia y paseó el doble trofeo. Sumó otra oreja del quinto, otro novillo de gran clase al que compuso una faena de menos a más y donde dejó muletazos de gran entidad.

Alejandro Marcos también protagonizó una gran tarde y si no acompañó a sus compañeros en la salida por la puerta grande fue con el fallo con los aceros. La oreja la logró de su primero, donde demostró valor y un sentido del temple muy especial. Caló la faena del torero de Salamanca para cimentar un trasteo de gran torería y consistencia. El sexto fue un novillo muy serio y astifino que planteó dificultades, pero Marcos no se arrugó en ningún momento jugándose la vida sin trampa ni cartón. Aguantó miradas y coladas y su firmeza quedó patente. Un gran espectáculo el vivido en la última de la feria de Navacerrada, donde la plaza se cubrió en más de su mitad.

El sábado 6 se lidió una cuajada y bonita novillada de Fuente Ymbro que resultó muy toreable y en la que destacaron dos novillos que tuvieron muchas virtudes. Francisco José Espada dio una gran tarde de toros y salió por la puerta grande tras cortar una oreja a cada uno de sus novillos, que pudieron más de no fallar con el acero. A su primero, un novillo de gran calidad pero poca fuerza, le llevó a cabo una faena muy medida, toreando despacio y con mucho pulso. También le cortó un trofeo al quinto, un ejemplar con transmisión, al que el torero de Fuenlabrada hilvanó series muy largas sobre la mano derecha que tuvieron mando y empaque.

Sumó un trofeo Borja Jiménez tras una faena de novillero cuajado y con una seguridad aplastante ante un ejemplar muy manejable. Álvaro Lorenzo también conquistó un trofeo ante una faena de torero sólido y muy poderoso ante un fuenteymbro con genio y al que le costaba repetir. La tarde resultó muy entretenida.

La feria se abrió el viernes 5, con una extraordinaria novillada de La Quinta, bien presentada y tremendamente astifina, de las que se ven muy pocas. Destacar la bravura de tres novillos -primero, tercero y sexto-, este último premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre tras otra gran petición de indulto. Alejandro Gardel tuvo una actuación soberbia, cortó tres orejas que pudieron ser cinco de manejar la espada con más acierto. A este eral le cuajó una faena de muchos quilates, de gran gusto y donde hubo momento de toreo del bueno. Los adornos y remates tuvieron enjundia ante un animal de gran bravura que no se cansaba de embestir por abajo y con gran clase. También realizó otra faena notable que no tuvo la coronación de la espada, pero su empaque y gusto toreando quedaron en el ruedo de la plaza de toros de Navacerrada. El novillero de Móstoles se perfila como triunfador del tercer certamen Camino hacia Las Ventas. También cortó una oreja de peso Álvaro García, demostrando ser un torero de temple y que conoce bien el oficio. No pudo salir a hombros por fallar con la espada.

Hay que lamentar el percance de Christian Montoro, que venía sustituyendo a Jaime Rodríguez y que recibió una cornada de 20 centímetros en el gemelo. Fue un novillo de La Quinta encastado y exigente, al que había que hacerle las cosas muy bien. El chaval puso todo de su parte, y a pesar de su poco oficio se mantuvo en el ruedo hasta matar al novillo, logrando series de mucho mérito. Fue una tarde con cosas importantes, dentro de una feria que ha dejado grandes noticias y donde el público ha respondido ocupando media plaza en cada festejo.