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La leyenda del apóstol Santiago

Teresa Antequera

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Existe un acontecimiento en la historia de España que ya desde sus comienzos tuvo una gran trascendencia para los fieles católicos de toda Europa. Se trata del Camino de Santiago, el que conduce desde distintos puntos de Europa a la ciudad de Santiago de Compostela. Millones de peregrinos residentes en muchos países europeos se suelen poner en marcha cada año para acceder al lugar donde presuntamente está enterrado el apóstol, y sea cual sea la motivación que mueve a los peregrinos, seguramente se sorprenderán al saber que probablemente no peregrinan al sepulcro donde yace un discípulo de Jesús, sino más bien donde probablemente reposen los restos del primer hereje ejecutado por la Iglesia católica por practicar una fe disidente con los cánones oficiales de la misma.
El fallecido escritor y periodista Luis Carandell escribió lo siguiente: “En el Camino de Santiago la Historia se mezcla con la leyenda hasta el extremo de que en en algunas ocasiones no se sepa donde empieza una y acaba otra. No está demostrado históricamente que Santiago El Mayor, hijo de Zebedeo, predicara en España, aunque algunas fuentes así lo afirman. La tradición dice que María, la madre de Jesús, quien aún vivía en Nazaret, se le apareció a Santiago dos veces, una en Zaragoza, a orillas del Ebro, sobre un pilar portado por ángeles, y la otra cuando llegó a la playa de Muxía, en la Costa da Morte, navegando en una barca de piedra que aún puede verse varada sobre la arena.

Por su parte, el escritor e historiador Fernández Sánchez Drago examinó exhaustivamente lo que él llamó la historia mágica del Camino de Santiago, e investigó cómo y por qué en la Edad Media y de la nada surgió la leyenda de que el apóstol Santiago terminó sus días en España. Sánchez Dragó rememora la leyenda según la cual San Jacobo llegó decapitado y en una barca al norte de España, un detalle en extremo significativo que muestra sorprendentes similitudes con la suerte que corrió otro español, Prisciliano, decapitado en la ciudad alemana de Tréveris en el año 385 debido a sus ideas paganas, quien también fue trasladado con posterioridad en barco hasta España. Para entender los motivos que originaron este posible cambio de cuerpos sin cabeza, hemos de recordar que Prisciliano, siendo obispo de Ávila, representaba un cristianismo como el de los orígenes, libre de dogmas. Enseñaba sobre la posibilidad de encarnar repetidas veces y en diferentes cuerpos; aconsejaba alimentarse de forma vegetariana y sostenía que el Espíritu de Dios también se encuentra en la naturaleza. Por tanto, este fue el primer hereje ejecutado por la Iglesia debido a sus creencias. Con toda razón Sánchez Dragó lanza la pregunta de si a este honesto místico no se le debería considerar como el español más grande de la historia.
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