Fandiño, Del Álamo y el novillero Román, primeros triunfadores
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Iván Fandiño, Juan del Álamo y el novillero Román son los primeros triunfadores de la primera semana de San Isidro. Los primeros carteles han dejado cosas muy positivas y el público ha salido satisfecho. Fandiño logró por fin abrir una puerta grande buscada durante muchos años con esfuerzo y entrega. Lo consiguió el pasado martes 13, ante un encastado lote de Parladé que tuvo movilidad y transmisión, cortando una oreja a cada uno de sus toros. Fue más importante la faena a su segundo, donde el torero vasco puso corazón y verdad en una faena de mucha exposición y con series muy encajadas. El punto fulminante fue cuando se tiró a matar al toro sin muleta, dejando una estocada arriba que provocó un estallido. Tuvo que usar por dos veces el descabello, de lo contrario hubiera agarrado las dos orejas. En su primer turno, cortó un trofeo por una labor de distancias y de mucho sitio, rematada con un espadazo monumental.
El Cid, sin acoplarse
Es una pena que un torero tan respetado en esta plaza como El Cid no se acoplara a las embestidas de dos toros de Parladé con muchas posibilidades, pero ante los que había que apostar y tirar la moneda al aire. Ángel Teruel, con el lote más pacífico, dejo algunos apuntes, pero se antojan insuficientes para un torero en su situación. El festejo tuvo mucha miga merced a la buena corrida que lidió Juan Pedro Domecq con el hierro de Parladé.
Otro de los toreros que han causado sensación en lo que va de feria ha sido Juan del Álamo, que el sábado 10 se quedó cerca de abrir la puerta grande. El salmantino volvió a dejar claro que es el diestro de mayores condiciones para codearse con los de arriba del escalafón. Cortó una oreja a un sobrero de El Vellosino al que toreó con inteligencia, valor y temple. El trofeo fue de mucho peso gracias a su disposición. No regateó esfuerzos con un torazo del hierro titular de Martín Lorca, al que se impuso con mucha autoridad y dominio, llegando incluso a sufrir una voltereta impresionante que no pasó a mayores.
Los esperados toros de José Escolar, siempre afines a la afición más torista, provocaron un gran fiasco, en un encierro que ni por presentación ni por juego estuvo a la altura de las ilusiones. Toros sosos y de poca raza que provocaron el bostezo general. El primero de la tarde, más en la línea Albaserrada, tuvo temple y siguió las telas con humillación y entrega. Fernando Robleño acusó la frialdad de abrir plaza, alternando momentos entonados con otros en los que debió exprimir más y mejor a su oponente. Miguel Ángel Delgado y Pérez Mota pasaron de puntillas.
Novillada de Fuente Ymbro
La primera novillada prevista en San Isidro venía con el ambiente de ser de Fuente Ymbro. Una vacada esperada que hizo que la plaza rozara los tres cuartos de entrada. Se esperaba más de los novillos de Ricardo Gallardo, dispares de presentación y que resultaron mansos y complicados, aunque dentro de lo negativo tuvieron cosas positivas, como la movilidad y la transmisión. Esto sirvió para que el valenciano Román, que hacía su presentación en Madrid, lograra cortar una oreja en el quinto y dar una vuelta al ruedo. El fuenteymbro con el que tocó pelo fue un animal con empuje, ante el que el valenciano se mostró muy sólido, pisando terrenos muy comprometidos y donde su predisposición y ganas también le hicieron valedor de este trofeo. Antes se había encontrado con un utrero ante el que levantó una faena ligada y de mérito. Se pidió la oreja, que no fue concedida, por lo que recorrió el anillo venteño. José Garrido puso muchas ganas, pero no pudo repetir el éxito alcanzado en esta plaza el 1 de mayo.
La confirmación de Manuel Escribano en el festejo celebrado el miércoles no pudo ser brillante, porque la poca fuerza de los toros de La Palmosilla provocó una de esas tardes isidriles de sopor. Lo mejor lo hizo el mexicano Joselito Adame. Estuvo muy cerca de saborear el triunfo si el presidente hubiera atendido la petición de oreja.