Vete Marisol Casado, vete
Curro Castillo (*) Periodista y portavoz de la Escuela de Fútbol de Los Negrales
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Vivimos una vida solo y sólo una vez. Cada minuto es único, irrepetible, irremplazable. Si en algún lugar de tu cerebro, Marisol Casado, lleno de prepotencia y soberbia cabe algo más que tu egolatría medieval retumbará hasta el fin de tus días el oxígeno, la paz, el equilibrio, la felicidad que has robado a tantas familias, personas, mayores, menores... con tu retorcida manera de gobernar contra otros. El resto de conciencia que quizá se resista a morir dentro de tu corazón te amargará el resto de tu vida. El dolor gratuito que has repartido tan generosamente no te abandonará cuando pronto salgas de tu despacho de alcaldesa de Alpedrete por última vez.
Tu inexistente figura política se arrastra como un zombi por pasillos, despachos y calles. Tan solo interesada en proteger tus propios intereses, no has reparado en el cadáver político que representas y en que los muertos que vos matáis gozan de muy buena salud. Las 150 familias y los 160 menores por ti maltratados, discriminados de la Escuela de Fútbol de Los Negrales, no olvidaremos jamás tu presunta prevaricación -crear normas a sabiendas de su injusticia-, dirigidas a privilegiar a unos y destruir a otros. Nuestra mirada te acompañará siempre en los golpes de pecho que te das en tu camisa del domingo, a la compra, al dentista. Siempre. Como la de tantos a los que, antes que a nosotros, tu maldad, no tus errores, ha desgarrado tanta esperanza, expectativas, alegría.
Marisol Casado, todavía alcaldesa de Alpedrete (PP Madrid, España), has clavado en muchas vidas las banderillas negras de la impotencia y el desconsuelo. Política inexistente y mala persona de carrera, así te percibe este movimiento civil que se arremolina contra ti, por donde pisas y que en absoluto concierne a las siglas políticas tras las que escondes la fealdad de tu alma. La voz que se alza libre en las redes sociales y los medios de comunicación sólo te señala a ti, no a tu partido. Vete. Sal de la vida de Alpedrete, reclúyete en el monasterio de tu soledad alejada del corazón de casi todos. Solo así se apagarán los gritos de la ciudadanía democrática que tú tratas como lacayos de tu dictadura. Acabar con la existencia del modelo de casta política que representas es una obligación imperativa de las mujeres y hombres libres de un estado de derecho. Sabemos que extenderás tu estertor político hasta que consigas garantizar a los poderes que te sostienen el derecho de pernada que les prometiste y tu futuro se aparezca plácido y feliz. Mientras rubricas tus objetivos reales seguirás gobernando contra personas, convirtiéndolas en daños colaterales y sometiéndolas a tu ignominia. Nunca por el bien común ni la mejor calidad de vida de las personas. Por supuesto, seguirás utilizando a policías con pistolas para expulsar de los campos de fútbol a menores que sólo hacen deporte.
Marisol Casado, todavía alcaldesa de Alpedrete (PP Madrid, España), más pronto que tarde también te abandonarán hasta los esbirros gamados que tratas con terciopelo y tu miseria se marchará contigo. En la celebración por tantos de este día no quedará sombra de rencor, sólo felicidad por empezar a resembrar los minutos de nuestra única vida que nos has robado. Y compasión por ti. Nunca un atisbo de odio que te alivie y justifique. Sólo sentimos por ti mucha pena. Sólo deseamos que te vayas cuanto antes, objetivo en el que ya nos empeñamos. ¿Nosotros solos? No, Marisol Casado. Empieza tu tiempo de recordar a cuantos menores de todas las edades has maltratado, discriminado, segregado y expulsado de los campos de fútbol de tu vida, siempre escondida en la policía con pistolas de tu abuso de poder permanente. Empieza a recordar cuánta violencia gratuita has provocado en los pasillos de los colegios, en las calles, en los hogares, en la única vida de tantas personas de Alpedrete y Los Negrales. Por nuestros hijos, por nuestras familias, por los valores de convivencia, tolerancia, respeto e integración que defendemos en nuestras únicas vidas y trasladamos al deporte, lo que olvides tú, te lo recordaremos nosotros.