Carta de la ilusión

Esta noche vienen los Reyes Magos a nuestros hogares. Yo ya he escrito mi carta y aguardo con ilusión su llegada. Les pido de corazón que esta Fiesta cambie. He sido bueno y honrado con quien me lee y deseo que esto se mueva de otra forma, porque esto no tiene futuro si seguimos así.

Los políticos no nos dejan tranquilos ni por equivocación. Ya no sólo se conforman con no hacer nada por nosotros, sino que encima se permiten el lujo de fastidiarnos como si en este país no hubiera otros problemas más graves que solucionar.

También les pido que vaya más público a las plazas, que se promocione este espectáculo como es debido y que Sus Majestades hagan algo por tener mejores taurinos y no tanto interesado y tanto mediocre que sólo va a llevárselo de mala manera.

También les solicito un curso rápido e intensivo para formar a futuros aficionados. Y otro para reformar a muchos que tienen metidos cuatro tópicos en la cabeza y no profundizan en la materia y son carne fresca para los taurinos que les manejan como simples marionetas de trapo. Con mejores aficionados esto podría cambiar.

En una noche mágica como esta, no puedo dejar pasar por alto conseguir una baraja de toreros con personalidad, sello y que arrastre público a la plaza por sus cualidades y no por sus apariciones en esos programas del corazón o del hígado que invaden las parrillas de televisión. Tenemos un gran plantel de diestros, pero falta que rompan de verdad dos o tres para que el patio se ponga las pilas. Y tampoco olvido la casta del toro. Esto es primordial.

Como sé que son muchas cosas y se que en una noche como esta sus Majestades tienen mucho trabajo, sólo les voy a pedir ya dos apuntes más: me gustaría que los medios de comunicación mostraran su apoyo a la Fiesta y que los que tenemos que llegar a la opinión pública lo hagamos de manera didáctica y crítica. Dejemos de una vez el servilismo y peloteo. Y por último, me gustaría que los Reyes Magos cambiaran los carteles de Valdemorillo y nos trajeran unos que levantaran expectación y ganas de ir a la plaza. Pero aunque yo creo en los Reyes, no lo hago en los milagros. ¡Felices Reyes para todos!.