Galapagar, otra buena feria

Se llenó prácticamente a diario. La novillada de Guadalmena no salió como otras veces; estuvo muy por debajo de lo esperado Cebada Gago y la sin caballos del maestro Camino fue sosa y descastada . Hubo una muy interesante con el hierro de José Escolar, con tres novillos con casta y brío. Uno fue para Benjamín Gómez, que estuvo muy técnico en una faena con mucha miga, y otra para Sergio del Valle, que no terminó de cogerle el aire humillador y repetidor del astado. Otros nombres propios que brillaron en el abono fueron los de Sergio Serrano, que rozó el Galápago por segundo año, pero marró con los aceros; Antonio Joao Ferreira mostró en Galapagar su gran proyección paseando un apéndice, al igual que Pedro Carrero, que también imprimió momentos de buen toreo. En la sin caballos, José Manuel Más fue distinguido como triunfador y Miguel Ángel Delgado y Miguel Cuartero decepcionaron.

Los Molinos, una buena feria
El Ayuntamiento de Los Molinos volvió a confeccionar en 2006 una feria de novilladas con tres hierros de primera línea y de gusto del aficionado torista del municipio: Conde de la Corte, Eduardo Miura y Martelilla. En esta ocasión el listón de presentación del ganado bajo ostensiblemente respecto a otras ediciones. El resultado artístico de mayor resonancia fue en la novillada de Martelilla, encierro terciadito pero muy manejable para los toreros. Daniel Luque, como en Guadarrama, arrolló también a su paso por Los Molinos y cuajó una gran actuación. Cortó tres orejas y firmó en su segundo novillo una faena importante. También ralló a buen nivel en ese festejo Salvador Fuentes, dejando patente su buen corte y su clase, y también Pérez Mota entendió muy bien a su lote. Todos salieron en hombros.

La novillada de Miura no fue nada exagerada y muy agradable por delante. Resultó deslucida y muy sosa, a excepción del cuarto, que se acordó un poquito de la leyenda de la ganadería. Esa tarde sólo brilló Joselito Adame, que se justificó saliendo a hombros frente a los astados de Zahariche. En el apartado ganadero, hay que mencionar a dos bravos novillos del Conde de la Corte. Un utrero galopó y tuvo gran alegría y otro fue de gran profundidad y humillación. Ambos fueron premiados con la vuelta al ruedo. No se entendieron ni Jiménez Caballero ni Valentín Mingo, aunque éste al menos estuviera generoso luciendo al novillo. El Ayuntamiento hace una esfuerzo y la pena es que la asistencia de público no sea mayor.