La actuación para atajar el incendio de Valdemorillo, un ejemplo de rapidez y coordinación

El primer gran susto del verano, en forma de incendio forestal, se produjo en la tarde del lunes en Valdemorillo, obligando incluso a la evacuación por unas horas de dos urbanizaciones de esta localidad, algo que se realizó con absoluta normalidad gracias al buen hacer y a la coordinación de los diferentes cuerpos de seguridad y emergencias desplazados hasta esta localidad. Afortunadamente, no ha habido que lamentar daños personales ni tampoco en las viviendas de la zona, aunque sí el fuego sí arrasó una importante superficie (todavía sin cuantificar exactamente). En todo caso, el incendio, ya completamente extinguido, ha sido de menores dimensiones que el que asoló la Sierra Oeste (en Robledo de Chavela, Valdemaqueda y Santa María de la Alameda) el verano pasado. Aún así, no conviene bajar la guardia. Todo lo contrario: hay que extremar las precauciones, evitando todo tipo de situaciones de riesgo, más aún cuando las altas temperaturas de estos días se convierten en peligrosas aliadas de las llamas. Es necesario hacer un llamamiento a la responsabilidad y la colaboración de todos, porque las consecuencias de descuidos y negligencias en el campo pueden ser irreversibles.

Por otra parte, cabe destacar la rápida y efectiva intervención de los Bomberos de la Comunidad de Madrid y los Agentes Forestales, así como el apoyo prestado por la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el trabajo de Policía Local, Guardia Civil, Cruz Roja, Protección Civil y efectivos del SUMMA, demostrando que la coordinación es la mejor receta para hacer frente a situaciones tan complicadas como estas, con circunstancias imprevisibles, aunque afortunadamente en este caso la leve brisa que soplaba en la tarde del lunes no fue a más, contribuyendo a controlar el fuego sin que hubiese riesgos para la población.

Por eso también resulta incomprensible que haya algunas voces que, aunque parezca increíble, hayan llegado a calificar como desproporcionado el operativo desplegado en Valdemorillo, indicando que la evacuación de las urbanizaciones no estaba justificada ya que el fuego se encontraba lejos. Quienes así opinan olvidan, o desconocen, que Cerro Alarcón sólo tiene una vía de entrada y salida, por lo que si las llamas hubiesen llegado a saltar la carretera M-510 esta zona -con centenares de habitantes- se hubiese convertido en una auténtica ratonera.